MADRID, 19 de diciembre.

El exsecretario general del PSOE-M, Juan Lobato, ha declarado que la "más transparencia" en torno al controvertido email, donde la pareja de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, supuestamente admite la comisión de delitos fiscales, es "imposible". En sus afirmaciones, Lobato ha descartado cualquier posibilidad de que él sea imputado en la causa que investiga al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por la presunta filtración de dicho documento.

Mientras se desarrollan las discusiones sobre los Presupuestos de la Comunidad de Madrid para 2025 en el hemiciclo, Lobato respondió a los periodistas en los pasillos de la Asamblea de Madrid, afirmando rotundamente: "La mía, desde luego, no". Esta reacción se produce poco después de que se diera a conocer un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) en relación al teléfono móvil que Lobato entregó de manera voluntaria al juez del Tribunal Supremo, quien está conduciendo la investigación contra García Ortiz.

El informe de la UCO señala que diversos individuos, entre los que se incluye a Lobato, así como a la asesora de Moncloa, Pilar Sánchez Acera, el exsecretario de Estado de Comunicación, Francesc Vallés, la directora de comunicación de la ministra de Vivienda, Laura Sánchez Espada, y el exdirector de comunicación del PSOE, Ion Antolín —quien actualmente es secretario de Estado de Comunicación—, tenían conocimiento del email antes de que fuera publicado en ningún medio.

Refiriéndose a la situación, Lobato subrayó: "Creo que queda claro lo que dije el primer día, que es lo mismo exactamente, que yo pregunté el origen para tratar de saber dónde venía y bueno, pues eso es lo que podéis leer. Si es que yo más transparente no puedo ser". Estas palabras hacen eco de su tumultuosa salida de la Secretaría General del PSOE-M, tras un enfrentamiento con Ferraz.

Cuestionado sobre la fuente original que llevó a la publicación del email, Lobato sugirió que esa responsabilidad recae en "quienes lo mandan", ya que él no tiene conocimiento de ello. Asimismo, negó haber mantenido conversaciones con Francesc Vallés tras la divulgación de este documento, lo que añade una capa más de confusión a un caso que ya ha generado considerable controversia política.