Crónica Madrid.

Crónica Madrid.

La histórica prisión de Carabanchel en Madrid se reconoce como Sitio de Memoria Democrática.

La histórica prisión de Carabanchel en Madrid se reconoce como Sitio de Memoria Democrática.

En un reciente anuncio, el Gobierno español ha decidido reconocer la antigua prisión de Carabanchel como un Lugar de Memoria Democrática. Esta instalación, situada en Madrid y conocida por su historia sombría, fue construida entre 1940 y 1944 utilizando trabajo forzado de presos republicanos, convirtiéndose en un emblema del régimen autoritario de Francisco Franco.

La decisión fue oficializada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicado el pasado viernes, y se suma a otros sitios cruciales de la memoria histórica, como la Real Casa de Correos y el cementerio del este de Madrid, donde miles de opositores al franquismo fueron ejecutados tras la Guerra Civil.

La Cárcel de Carabanchel fue diseñada para reemplazar la antigua Cárcel Modelo de Madrid, que fue destruida durante el conflicto bélico. Con un diseño panóptico que permitía una vigilancia extrema, el edificio albergaba diversas instalaciones, incluyendo un hospital penitenciario y un reformatorio, y simbolizaba la opresión que caracterizaba al régimen franquista.

A pesar de ser proyectada para albergar a mil internos, desde su apertura, la prisión ha sido testigo de una masificación que llegó a miles de presos, quienes sufrían condiciones inhumanas: celdas pequeñas, falta de higiene, escasez de agua, y frecuentes abusos por parte de los funcionarios de la prisión.

La cárcel también se convirtió en un lugar donde se aplicó la pena de muerte; entre 1944 y 1975, se registraron más de doscientas ejecuciones. Algunas de las víctimas más notables fueron Francisco Granado y Joaquín Delgado, anarquistas que sufrieron la condena a muerte, así como otros militantes políticos que hicieron frente al franquismo.

Entre los internos se encontraban personalidades significativas del activismo y la cultura española, como el filósofo Fernando Savater y el escritor Ramón Tamames, reflejando la diversidad de luchas y persecuciones que vivieron los españoles durante esa época.

Durante la Transición, Carabanchel se transformó en el epicentro de las protestas por los derechos de los presos, lideradas por la Coordinadora de Presos en Lucha (COPEL), que exigían una reforma del sistema penitenciario. Estas movilizaciones subrayaron la persistencia de prácticas autoritarias en las prisiones de España.

La importancia de Carabanchel radica en las variadas experiencias de aquellos que fueron encarcelados: republicanos, anarquistas, socialistas e intelectuales, todos víctimas de un mismo aparato represor. Esta diversidad en la opresión se refleja en la reciente memoria histórica impulsada por el Gobierno.

A día de hoy, el antiguo complejo de Carabanchel conserva solo algunos vestigios, como el pórtico de entrada y restos de su estructura original, ya que los planes actuales no contemplan su uso como prisión, sino como un lugar de reflexión histórica.

El Gobierno se comprometió a preservar la memoria de este lugar, promoviendo iniciativas conmemorativas que incluyen recursos audiovisuales y señalización informativa para honrar a las víctimas de violaciones de derechos humanos que allí tuvieron lugar.

El Ministerio de Memoria Democrática, liderado por Ángel Víctor Torres, también tiene planes para establecer un centro memorial, destinado a educar sobre la represión franquista y sus consecuencias, garantizando que las condiciones vividas por los encarcelados no sean olvidadas en la historia reciente de España.

Además, se creará un archivo digital que recopilará documentación y testimonios sobre la prisión, reforzando así la importancia de recordar y aprender de estos episodios oscuros del pasado.