En Madrid, el 29 de septiembre, la familia de Cristina R., una joven de 18 años cuya vida fue truncada de manera violenta el 30 de junio de 2022 en Parla, ha solicitado que se impongan 33 años de prisión a su agresor. Este pedido contrasta con la solicitud del fiscal, quien ha exigido 25 años y nueve meses, mientras que la defensa aboga por una condena de 14 años por homicidio.

La tragedia ocurrió cuando Cristina fue apuñalada 42 veces justo frente a su hogar, apenas diez meses después de que terminara su relación de dos años con el imputado. Este acto de barbarie se perpetró en la víspera de su 19 cumpleaños, acentuando aún más la gravedad del suceso.

El abogado que representa a la familia ha denunciado que la defensa del acusado ha intentado retrasar el proceso judicial al solicitar testimonios de personal sanitario en un intento fallido de probar una supuesta negligencia médica, argumento que ha sido refutado. Asimismo, ha enfatizado que el agresor planeó meticulosamente el asesinato durante nueve meses, incluso comprando un cuchillo con la intención de hacerle daño a Cristina.

Por su parte, la defensa alega que el acusado estaba experimentando un trastorno y depresión en el momento del ataque, además de señalar que el traslado al hospital fue indeseablemente tardío, ya que un helicóptero lo llevó tras casi una hora de espera después de que los servicios de emergencia lo estabilizaran.

El Ministerio Público ha presentado cargos por asesinato y maltrato en el contexto de una relación familiar. El juicio se ha iniciado esta mañana en la Audiencia Provincial de Madrid, donde se han presentado los argumentos de ambas partes.

Según los documentos de acusación, el imputado, R. M. O, y Cristina, su excompañera sentimental, mantuvieron una relación que comenzó en abril de 2019 y finalizó en septiembre de 2021 tras múltiples conflictos. Durante ese tiempo, Cristina vivía con sus padres y su hermano menor en Parla.

El 24 de octubre de 2020, una discusión entre ambos en casa de una amiga de Cristina derivó en un episodio de violencia, cuando, tras negarse a tener relaciones sexuales, el acusado le propinó un golpe en la cara. A pesar de la agresión, no hubo denuncia ni atención médica para la joven en ese momento.

A pesar de que la pareja dejó de tener contacto después de la ruptura, el acusado no aceptó la separación y comenzó a acechar a Cristina, vigilando su domicilio y sus interacciones en redes sociales. La Fiscalía considera que su comportamiento respondía a un deseo de venganza por el hecho de que Cristina compartiera sus problemas con amigos comunes.

El 30 de junio de 2022, el agresor esperó a su expareja mientras paseaba al perro. Al reconocerla, la atacó de forma inesperada con la clara intención de acabar con su vida. Utilizó un brazo para sujetarla del cuello mientras con el otro brazo le propinaba dos puñaladas en el cuello y el pecho.

Como resultado del ataque, Cristina cayó al suelo, y el agresor, en un acto de extrema crueldad, continuó apuñalándola varias veces más. A pesar de sus esfuerzos por escapar, sufrió un total de 42 puñaladas antes de perder el conocimiento.

Otros transeúntes socorrieron a la víctima en ese crítico momento, lo que permitió que el agresor huyera, aunque pronto fue detenido por la Policía Nacional de Parla.