Crónica Madrid.

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"Teatros del Canal representa la valiente decisión de Pau Casals de rechazar la colaboración con el régimen nazi"

La obra “Música para Hitler”, que se presentará del 2 al 20 de abril en la Sala Roja Concha Velasco de Madrid, revive un episodio crucial de la historia europea. Durante la ocupación de Francia por las fuerzas nazis, un oficial alemán llama a la puerta de Pau Casals, un renombrado compositor catalán que se encontraba exiliado tras la Guerra Civil. Cuando el oficial le exige que toque su violonchelo para el Führer, Casals responde con un contundente “no”, un acto que encierra dignidad y valentía.

Esta pieza fue creada por Juan Carlos Rubio y Yolanda García Serrano hace una década y ahora cobra vida en el escenario de Teatros del Canal. Según Rubio, este acto de resistencia simboliza no solo la dignidad del músico, sino también su humanidad y lucha ante la adversidad. En palabras de Rubio, “Supo decir no en un momento donde hacerlo podía costarle todo”.

En este contexto, Pau Casals, que en aquel entonces contaba con 66 años, se encontraba residenciado en Villa Colette, en Prades, dedicando su vida a ayudar a compatriotas que habían sido forzados a huir de España y que estaban viviendo en condiciones miserables en campos de trabajo cercanos. Su música se convertía en un vehículo de esperanza y apoyo para todos ellos.

El actor Carlos Hipólito, quien interpreta a Casals en la obra, describe al compositor como un ser humano excepcional, “un genio de la música que nunca olvidó su humanidad”. Según Hipólito, lo que más le ha impactado de su personaje es la profunda conexión que tenía con el sufrimiento ajeno y su compromiso por luchar a través de la música.

La obra inicia con una frase poderosa: “No voy a volver a tocar nunca más”, marcando así el comienzo de un viaje de redención personal para Casals. A través de la narrativa, se evidencia que está inmerso en una profunda crisis ante el horror del mundo que lo rodea. Sin embargo, su enfrentamiento con el oficial nazi lo empodera, devolviéndole la fuerza que había perdido. “Casals sabe que puede negarse, que debe hacerlo, a pesar de las graves consecuencias que eso podría acarrear”, añade Hipólito.

Rubio aclara que “Música para Hitler” no se presenta como una biografía al uso, sino que se compone de seis escenas que reflejan los movimientos de la 'Suite nº1' de Bach, rindiendo así homenaje al compositor que más admiraba Casals. La obra entrelaza música y una profunda reflexión sobre la resistencia a la opresión.

El conflicto que se desarrolla en el escenario no solo es político, sino también moral. Se presentan cuatro personajes atrapados en una casa que se convierte en un verdadero campo de batalla de emociones y decisiones. Junto a Hipólito, el elenco incluye a Kiti Mánver, Cristóbal Suárez y Marta Velilla, quienes aportan diversidad a la narrativa.

Hipólito destaca que la obra aborda temas de valentía cotidiana y de tomar decisiones difíciles. “Habla de la capacidad de decir no ante aquello que nos aterra, de no mirar hacia otro lado ni dejarnos llevar por la comodidad”, comenta.

A pesar de ser una figura central en la música, la historia de Pau Casals sigue siendo poco conocida en su propio país, un hecho que Hipólito atribuye al silencio del franquismo. “Lo admiraba como genio, pero su aspecto humano me sorprendió profundamente al interpretarlo”, confiesa el actor.

Los ensayos han sido emocionalmente intensos, con momentos en los que las lágrimas han brotado entre el elenco, no solo por la carga dramática, sino por la resonancia de la verdad que están compartiendo. “Estábamos contando algo significativo”, reflexiona Hipólito.

Rubio también comparte esta experiencia emocional, afirmando que la historia de Casals es un recordatorio de lo que se puede perder o defender en la vida. “No es solo el relato de un genio musical; es la historia de un hombre que enfrentó un terrible dilema moral”, señala.

La obra no solo busca emocionar al público, sino que también pretende incitar a una reflexión profunda. Rubio plantea preguntas relevantes sobre elecciones y responsabilidades en tiempos de crisis: “Casals dijo no, y eso nos recuerda que siempre tenemos el poder de elegir. Pero, ¿somos conscientes de las implicaciones de ceder a discursos autoritarios?”

Con el deseo de provocar una reacción en el espectador, tanto Hipólito como Rubio esperan que el audiencia salga de la función cuestionándose qué harían en situaciones similares. “El teatro es un medio para reflexionar sobre nuestras vidas”, concluye Rubio, enfatizando la importancia del arte como espacio de debate y libertad.

Finalmente, “Música para Hitler” se erige como una reivindicación de la memoria de Pau Casals y un llamado a recordar aquellos que, en momentos de silencio, optaron por resistir. Casals eligió no tocar y su decisión evoca el poder del arte como un refugio y una trinchera en tiempos oscuros.