Mónica García (Madrid, 1974) vuelve a dar un salto que la lleva al Ministerio de Sanidad después de haber llevado la Marea Blanca a la Asamblea y convertirse en la antagonista de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, desde la pandemia del Covid-19.
El camino político de García ha sido corto y rápido. Esta anestesista del Hospital 12 de Octubre entraba siendo una desconocida en el Parlamento regional en 2015, como 'número 26' de Podemos, pero no sería hasta seis años después que ganaría peso y se convertiría en líder de la oposición de la mano de Más Madrid.
En 2020 la formación verde era cuarta fuerza en la Cámara de Vallecas y hacía unos meses que su cabeza de lista el año anterior, Íñigo Errejón, se había ido al Congreso de los Diputados con Más País. Entonces Pablo Gómez Perpinyá era el portavoz, pero la pandemia estalló.
Esto fue lo que llevó a Más Madrid a optar por ella como candidata: Una médica frente a Ayuso. Y salió bien. Mónica García llegaba a la contienda como una de las líderes menos conocidas y con una imagen marcada por los enfrentamientos con la presidenta y su Gobierno en la Asamblea.
Su campaña se centró en presentarla, potenciar su papel como sanitaria y además mostrar su cara amable. Su cartel de campaña dejaba las intenciones claras, Mónica García aparecía quitándose la mascarilla y dejando ver una sonrisa.
Este perfil de política sin ser política también jugó un papel esencial. Se presentaba como Mónica García, médica y madre, que apostaba por "ganar tiempo para vivir" y por "las pequeñas cosas". El feminismo, la salud mental y la semana laboral de 32 horas fueron algunas de las banderas que enarboló en 2021.
La noche del 4 de mayo García 'sorpassaba' al candidato del PSOE, Ángel Gabilondo, quien se hundía tras haber sido la fuerza más votada en 2019. Por primera vez desde hacía más de 25 años los socialistas no mirarían de frente a la presidenta autonómica, ahora lo haría Mónica García.
Así comenzaba su liderazgo en Más Madrid, que pronto se extendería también a la organización y llegaría a ser la cara más visible del partido. La futura ministra de Sanidad daba sus primeros pasos como antítesis total de Ayuso.
De tono duro y contundente, con querencia por los mensajes directos, García dejaba claro desde el principio que su único rival a batir era el PP y tenía vía libre en una legislatura en la que la Sanidad seguía siendo el tema central. Dentro del bloque de izquierdas, además, el PSOE trataba de reconstruirse tras la debacle de 2021 y Unidas Podemos carecía del liderazgo de Pablo Iglesias que le hizo alcanzar los 10 diputados.
Las sesiones de control al Gobierno en el Pleno de la Asamblea ganaban voltaje en cada choque entre la líder de Más Madrid y la presidenta autonómica en una legislatura preelectoral con la mirada puesta a dos años vista, a las elecciones de este 28 de mayo.
Al mismo tiempo Mónica García trabajaba también en el plano nacional. "Es el comienzo de algo que va a ser maravilloso", arrancaba la ahora líder de Sumar, Yolanda Díaz, el acto 'Otras Políticas' el 13 de noviembre de 2021.
Ante un millar de asistentes en el Teatro Olympia de Valencia, Díaz compartía su forma de hacer política con cuatro lideresas regionales. La entonces alcaldesa de Barcelona, Ada Colau (Comuns); la que fuera vicepresidenta de la Generalitat Valenciana Compromís, Mónica Oltra (Compromís) ; la portavoz del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía de Ceuta, Fatima Hamed Hossain, y Mónica García.
Díaz había sido propuesta pocos meses antes por el entonces vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, como su sucesora en el cargo y apuntaba a ello como la candidata de Unidas Podemos en las siguientes elecciones generales.
Pero Díaz inició un proceso de escucha que cristalizó en el acto de presentación de Sumar en marzo de este año, donde estuvo Mónica García, y en el que defendió que el lanzamiento de la plataforma emitía el mensaje de que había "una alternativa progresista posible".
Meses después volvía la campaña electoral autonómica y con ella Más Madrid se sumergía en la carrera hacia las urnas. El proyecto de Díaz no había conseguido tejer a la izquierda a la izquierda del PSOE y compaginaba el apoyo a los candidatos de sus aliados territoriales con los de Unidas Podemos.
Dejaba entonces las negociaciones con las formaciones para después de las elecciones municipales y autonómicas. Pero el 28 de mayo cambió el mapa político con la desaparición de la mayoría del poder territorial de la izquierda. El PSOE pasaba a liderar la oposición en casi todas las comunidades autónomas presididas ahora por el PP, excepto en Madrid.
En una nueva noche de vértigo, Mónica García conseguía mantener el liderazgo de la oposición frente a los socialistas por un puñado de votos mientras Ayuso lograba la mayoría absoluta.
Pero la tormenta no dio paso a la calma. Un día después Pedro Sánchez convocaba elecciones generales para el 23 de julio y alcanzaba a Sumar sin haber atado sus alianzas.
Comenzaban las negociaciones con los aliados regionales y Podemos para conformar las listas y Madrid fue una de las plazas de choque. En esta circunscripción Más Madrid argumentó su implantación territorial ya que los candidatos de UP no lograron representación ni en Cibeles ni en la Asamblea. Frente a ellos, los 'morados' exigían puestos de salida, con su secretaria general, Ione Belarra, encabezándolas.
Fue un pulso ganado por los de Mónica García, que lograban los puestos 3, 4, 7 y 10; siguiendo a la propia Díaz y a su 'número 2' por Madrid, Agustín Santos Maraver. La activista saharaui Tesh Sidi y el líder de Más País, Íñigo Errejón, se situaban por encima de Belarra, que ostentó el quinto puesto.
García fue candidata sin serlo. Se convirtió en una figura omnipresente junto a Sidi y Errejón en la carrera hacia el 23J y fue una de las políticas que tomó la palabra en el acto de cierre de campaña de Díaz, que se celebró en Madrid.
Y llegaron las elecciones generales con todos los sondeos en contra para la izquierda, mostrando una clara victoria de PP y Vox y la casi imposibilidad de revalidar el Gobierno de coalición.
Pero las encuestas fallaron y la aritmética parlamentaria negaba al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, la Moncloa. Entraban las dos apuestas de Más Madrid y Yol
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