Las salas de consumo supervisado de drogas están experimentando un incremento en Europa, con un total de 80 salas en funcionamiento en la actualidad. En estos espacios, los usuarios pueden consumir sustancias ilegales bajo supervisión y asesoramiento médico.
MADRID, 7 Jul.
La ciudad de Madrid retoma la iniciativa de contar con una sala de consumo supervisado de drogas, que estará ubicada en la Cañada Real. Esta decisión se toma trece años después de que se cerrara la última sala, conocida como la 'narcosala' de las Barranquillas.
Estas salas tienen como objetivo principal reducir los daños asociados al consumo de drogas y prevenir sobredosis, permitiendo a los usuarios consumir bajo la supervisión de personal capacitado. En el caso de Madrid, la nueva sala se integra en el Centro de Reducción del Daño en personas con adicciones en Cañada Real, que Madrid Salud puso en marcha en octubre de 2019 y que opera todos los días del año.
A diferencia de otras salas en España que permiten el consumo de sustancias inhaladas, esta se centrará exclusivamente en supervisar el consumo intravenoso. Se ofrecerá a los consumidores asesoramiento sanitario para evitar prácticas irresponsables, como la falta de higiene que podría tener consecuencias negativas.
Además de brindar atención médica, la sala también contará con programas educativos que buscan concienciar sobre prácticas de riesgo y protección contra enfermedades, fomentar el cambio a vías de consumo menos peligrosas y reducir el consumo en espacios públicos. Se realizarán pruebas rápidas de detección de enfermedades transmisibles.
Madrid fue pionera en la implementación de estas salas en España en el año 2000, pero la sala de las Barranquillas cerró en 2011. Tras años de reclamos de usuarios, finalmente se establecerá una nueva sala en la Cañada Real. Los datos más recientes de la Agencia de la Unión Europea sobre Drogas revelan que actualmente hay 80 salas de consumo supervisado en Europa, incluyendo 16 en España, distribuidas en Cataluña y País Vasco.
Según la EUDA, en las salas de consumo supervisado, los clientes pueden consumir sus propias drogas bajo la vigilancia y asesoramiento del personal. Estas salas ofrecen recomendaciones sobre prácticas de inyección segura y están preparadas para actuar en caso de sobredosis u otros problemas.
La nueva sala de Madrid forma parte de un plan de ampliación del Centro de Reducción del Daño en la Cañada Real, con un contrato de 1,7 millones de euros y una duración inicial de dos años. Este plan, anunciado por la vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz, tiene como objetivo prevenir sobredosis y reducir los riesgos asociados al consumo de drogas en la ciudad.
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