El Ayuntamiento de Madrid ha decidido retirar las bicicletas privadas de alquiler sin base fija de sus calles, siguiendo la misma línea de acción que llevó a la eliminación de los patinetes, al no renovar las licencias correspondientes a las empresas responsables de prestar este servicio.

Según fuentes del área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, las autorizaciones concedidas para el despliegue de bicicletas eléctricas sin base fija han expirado el pasado 30 de septiembre, y el Ayuntamiento de Madrid no tiene intención de prorrogar los permisos para la prestación de este servicio.

El sistema de bicicletas públicas, Bicimad, está plenamente integrado en los 21 distritos de la ciudad con 611 bases y 7.500 bicicletas, en comparación con las 258 bases y 2.964 bicicletas que había cuando se autorizó a los operadores privados a desplegar sus servicios.

En marzo de 2022, se concedieron autorizaciones a seis empresas para operar 2.802 bicicletas eléctricas sin base fija en Madrid. Sin embargo, estas autorizaciones no serán renovadas debido a que los operadores no cumplieron con las condiciones de distribución de los vehículos, tanto dentro como fuera de la M-30.

La decisión de retirar las licencias para las bicicletas privadas se suma a la revocación de autorizaciones para 6.000 patinetes de tres empresas, anunciada el mes pasado por el alcalde José Luis Martínez-Almeida. Esta medida se tomó ante el incumplimiento de las condiciones establecidas para el uso de los patinetes en la vía pública.

El sistema de autorizaciones establecía límites claros para la distribución de patinetes en diferentes zonas de la ciudad, sin embargo, las empresas no proporcionaron la información necesaria para verificar el cumplimiento de estas normas.

Uno de los principales problemas identificados en el uso de patinetes era el estacionamiento indebido en lugares no autorizados. Para abordar esta cuestión, el nuevo modelo de autorizaciones incluía requisitos tecnológicos para garantizar que los clientes aparcaran únicamente en zonas permitidas.

En un esfuerzo por reducir la saturación de vehículos de movilidad personal en las calles de Madrid, las autorizaciones se limitaron a tres empresas con un total de 6.000 patinetes, asignando 2.000 unidades a cada operador mejor puntuado en los criterios de concesión.