
En la noche del 23 de julio en Madrid, la emblemática Real Casa de Correos, que alberga al Gobierno regional, se vistió de un profundo azul como tributo a las víctimas de crímenes de odio. Esta iniciativa fue anunciada oficialmente por la Comunidad de Madrid a través de un comunicado.
La elección de este color no fue casualidad, sino parte de los actos conmemorativos del Día Europeo de las Víctimas de Crímenes de Odio. Este año, la campaña se centra en la poderosa frase "La tolerancia apaga el odio", resumiendo el mensaje de esperanza y unidad en una sociedad que a menudo se ve afectada por divisiones.
La celebración de esta efeméride fue establecida en 2014 por la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, resultado de una movilización liderada por Movimiento contra la Intolerancia. Esta conmemoración surge en memoria de las horrificas masacres cometidas en 2011 en Oslo y Utoya, Noruega, donde se perdió la vida de 77 personas, en su mayoría jóvenes, dejando una huella imborrable en la memoria colectiva europea.
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