Jenni Hermoso será citada por la Audiencia Nacional para declarar por el beso de Rubiales el 28 de noviembre.

La futbolista Jenni Hermoso comparecerá ante la Fiscalía para defender su posición en el caso de las presuntas coacciones por parte del expresidente de la RFEF, Luis Rubiales. El juez de la Audiencia Nacional ha fijado esta declaración para el próximo 28 de noviembre a las 12:30 horas.
El magistrado Francisco de Jorge, titular del Juzgado Central de Instrucción Número 1, escuchará personalmente a la futbolista como testigo en el marco de la investigación contra Rubiales por supuestos delitos de agresión sexual y coacciones debido al beso que le dio durante la celebración de la victoria en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda.
Hasta el momento, la citación de Hermoso es la única diligencia programada, después de que se suspendiera el careo entre Ana Belén Ecube, amiga de la jugadora, y Rubén Rivera, director de marketing de la RFEF, que compareció como investigado por las supuestas coacciones a la jugadora.
Es importante recordar que Hermoso ya declaró ante la teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Marta Durantez, antes de que se iniciaran las diligencias. Durante su declaración, la jugadora afirmó que no se sintió respetada y que nunca buscó ni quiso encontrarse en esa situación.
Según su testimonio ante la Fiscalía, revelado por Telecinco, Hermoso narró cómo recibió el beso después de que España ganara el Mundial femenino. Después de abrazarse con Rubiales y afirmar: "La que hemos liado", el expresidente saltó sobre ella y le comentó: "Este Mundial lo hemos ganado gracias a ti". Hermoso explicó que, a partir de ese momento, no escuchó nada más porque tenía las manos de Rubiales en su cabeza y se encontró directamente con el beso en la boca.
La futbolista añadió que no se esperaba lo sucedido, ya que la victoria del Mundial fue un hecho histórico y costó mucho trabajo conseguirla. También compartió lo ocurrido con sus compañeras de equipo, Alexia Putellas e Irene Paredes, una vez bajó de la tarima.
Por otro lado, Rubiales defendió ante el juez que el beso fue una muestra de afecto y que se produjo de forma natural, a la vista de millones de personas, y con el consentimiento de Hermoso. Según su versión, fue una celebración extraordinaria y preguntó a la jugadora antes de besarla. Además, alegó que después del episodio, Hermoso se fue riendo y le dio dos cachetes en el costado.
Sin embargo, en su declaración ante la Fiscalía, Hermoso aseguró que el beso no fue consentido y que no se sintió respetada como persona y futbolista. Desveló que se vio sometida a algo que no buscó ni hizo para encontrarse en esa situación.
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