Crónica Madrid.

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El Canal de Isabel II: Historia y legado para el abastecimiento de agua en Madrid.

El Canal de Isabel II: Historia y legado para el abastecimiento de agua en Madrid.

El patrimonio del Canal de Isabel II es una parte integrante del paisaje de la capital, desapercibido por los ojos de los madrileños.

MADRID, 1 Sep.

Las cristalinas aguas del río Lozoya llegaron a Madrid un 24 de junio de 1858, brindando una solución a los problemas de suministro de agua potable que aquejaban a la población de la capital en aquella época. El Canal de Isabel II, recién creado, llevó a cabo esta hazaña de ingeniería que cambió la vida de la ciudad.

La inauguración fue una celebración especial, con un chorro de agua del Lozoya brotando de una fuente con surtidor de gran altura en la calle ancha de San Bernardo. Los ciudadanos aclamaron a la reina Isabel II y su séquito en un ambiente festivo y entusiasta.

La construcción de una presa y una tubería de 70 kilómetros supuso el inicio del Canal de Isabel II, creado por Real Decreto en 1851. Esta entidad revolucionó la vida en la ciudad, reduciendo significativamente las epidemias y enfermedades causadas por la falta de agua potable.

En el siglo XIX, Madrid enfrentaba una crisis de agua potable debido a un sistema de captación subterránea insuficiente para abastecer a una población en crecimiento. Diferentes propuestas se presentaban para solucionar este problema, incluyendo el traer aguas de diferentes fuentes como el Lozoya, Jarama o Guadalix, así como la subida de aguas de la fuente de los Once Caños.

Fue en 1851 cuando los ingenieros Juan Rafo y Juan de Rivera recibieron el encargo de construir una traída de aguas bajo el reinado de Isabel II. Así nació el Canal de Isabel II en junio de ese año, culminando en la llegada del agua del Lozoya a Madrid en 1858, a través de una presa y un canal de más de 70 kilómetros de longitud.

Situado en el río Lozoya, el Pontón de la Oliva marcó el inicio de la traída de aguas a Madrid. La presa de gravedad diseñada por Rafo y Ribera, con su relevancia histórica, representó una gran obra hidráulica que empleó a unas 2.000 personas. A pesar de las dificultades del terreno, la presa fue un éxito y continúa en funcionamiento.

A lo largo de los años, el Canal de Isabel II ha desarrollado infraestructuras que han mejorado la llegada de agua potable a Madrid. Desde el Pontón de la Oliva hasta otras obras como el Villar, el patrimonio del Canal forma parte de la historia y del paisaje de la capital, con sus depósitos históricos y otras instalaciones de ingeniería.

Desde depósitos enterrados hasta depósitos elevados, el Canal ha evolucionado para garantizar el suministro de agua a una ciudad en constante crecimiento. Obras como el Cuarto Depósito enterrado o el Segundo Depósito Elevado han marcado hitos en la historia de las infraestructuras hidráulicas en España.

La Fundación Canal de Isabel II ahora ocupa un lugar en la Plaza de Castilla, donde anteriormente se encontraba la Estación Elevadora de aguas. Esta sede alberga un auditorio y una sala de exposiciones, recordando la importancia del Canal en la historia y la vida de Madrid.