El asesino de Juana Canal mantiene versión de que fue accidental y entró en "pánico" al descuartizarla.
El asesino confeso de Juana Canal, Jesús Pradales, ha mantenido su versión de que la muerte de su entonces pareja fue accidental, ocurrida en medio de un episodio violento provocado por el supuesto alcoholismo de la fallecida, a pesar de haber sido descrita por él como "una persona muy violenta". Sin embargo, ha reconocido que Juana era "la mujer de su vida".
Este caso ha llegado a la Audiencia Provincial de Madrid, donde Pradales se ha presentado vestido de negro y esposado, para enfrentarse a una petición fiscal de quince años de cárcel por un delito de homicidio. La defensa, por su parte, argumenta que se trató de un homicidio imprudente, el cual habría prescrito a los cinco años.
La fiscal ha señalado que Jesús golpeó a Juana en el cuello durante una discusión que terminó en tragedia, y luego descuartizó su cuerpo para ocultar pruebas. A pesar de la falta de pruebas físicas contundentes, el tribunal deberá determinar si hubo intención de matar por parte del acusado.
En medio de este drama, Jesús Pradales ha recordado cómo conoció a Juana en 2002, describiéndola como una mujer con problemas de alcoholismo. El trágico desenlace ocurrió en 2003, durante una noche donde ella se mostraba más agresiva de lo habitual. Tras una serie de hechos lamentables, Pradales admite haber descuartizado el cuerpo de Juana y esparcido sus restos en una finca en Ávila.
A lo largo de los años, el acusado ha tenido varios encuentros con la justicia, incluida una detención por malos tratos a otra pareja en presencia de sus hijos. Estos antecedentes adicionales podrían influir en el veredicto final del tribunal.
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