El jurado popular del juicio por el crimen de Juana Canal ha llegado a un veredicto unánime: Jesús Pradales es culpable de homicidio doloso en la trágica muerte de la víctima ocurrida en febrero de 2003 en Madrid. Se descarta completamente la idea de que la muerte fue accidental, tal como alegan fuentes jurídicas.
Los miembros del jurado respaldan la postura mantenida por la fiscal y el abogado de SOS Desaparecidos, Juan Manuel Medina, quienes siempre sostuvieron que la muerte de Juana no fue un accidente. Todo apunta a que Pradales deliberadamente causó la muerte de la víctima al apartarla con violencia en medio de una discusión.
Tanto la fiscalía como la acusación particular solicitan una condena de quince años de cárcel por homicidio doloso con agravante de parentesco, mientras que la defensa del acusado pedía su absolución al considerar que se trató de un trágico accidente.
Según la versión del procesado, su pareja en aquel entonces, Juana, falleció accidentalmente luego de ser apartada por la fuerza durante una discusión en su hogar. Afirma que ella estaba bajo los efectos del alcohol y se mostraba agresiva, lo que desencadenó en una fatal caída contra el suelo tras ser empujada por Pradales.
La fiscal, en sus argumentos finales, destacó que la muerte de Juana no fue un accidente, sino el resultado de una acción violenta en la que Jesús asumió el riesgo de un desenlace fatal. Detalles macabros como el descuartizamiento del cuerpo y la manipulación de pruebas hacen aún más sólida esta teoría.
"En un lapso de 26 horas, el acusado descuartizó el cuerpo de Juana, condujo 170 kilómetros, cavó dos hoyos y enterró los restos óseos. Luego, dejó una nota a Sergio, el hijo mayor de Juana, mintiéndole sobre la desaparición de su madre", reveló la fiscalía en un giro impactante del caso.
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