Crónica Madrid.

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Tres delincuentes reciben cadena perpetua por el asesinato de un joven boxeador en Prosperidad.

Tres delincuentes reciben cadena perpetua por el asesinato de un joven boxeador en Prosperidad.

En un reciente fallo de gran repercusión, la Audiencia Provincial de Madrid ha decidido imponer una condena a prisión permanente revisable a tres integrantes de la banda latina conocida como Dominican Don’t Play. Este veredicto se produce tras el asesinato de un joven boxeador, ocurrido el 19 de agosto de 2021, en el barrio de Prosperidad, donde la violencia de las pandillas ha generado alarmas en la sociedad.

La víctima, Gabriel Kraus, fue atacada a machetazos frente al edificio donde celebraba una fiesta con amigos. Al parecer, en un momento determinado, la víctima pronunció la palabra 'Suwoop' mientras varios miembros de la banda se encontraban presentes. En cuestión de minutos, un grupo más grande regresó al lugar, en un acto de venganza que terminó en un brutal apuñalamiento, que dejó a Gabriel con heridas fatales, incluyendo una que afectó directamente a su corazón.

Como parte de la sentencia dictada por los magistrados, a la que ha tenido acceso Europa Press, se ha estipulado que los condenados deberán abonar una indemnización de 220.000 euros a los familiares de la víctima, en una medida que busca reparar, aunque sea mínimamente, el profundo dolor causado por este acto violento.

Los hechos expuestos en el fallo judicial revelan que, en su condición de miembros de los DDP, los acusados se encontraron con Gabriel en la calle Sánchez Pacheco a las siete y media de la tarde del trágico día. La mera pronunciación de la palabra “suwoop” por parte de Gabriel fue interpretada por los agresores como un desafío y, armados con un machete y un cuchillo, se dirigieron a confrontarlo en su domicilio.

Al localizar a Gabriel, los agresores le exigieron que dijera “baja patria” o “baja de siete”, un requerimiento que él rechazó. Esta negativa desencadenó una furiosa agresión que comenzó con un puñetazo de uno de los condenados, Josué Mauricio, y rápidamente fue seguida de una lluvia de golpes, patadas y ataques con armas blancas, dejando a Gabriel en una situación de total indefensión.

El tribunal ha destacado la naturaleza concertada de la agresión, donde los atacantes actuaron de manera coordinada y aprovecharon su superioridad numérica para garantizar que el resultado fuera mortal, sin dar a la víctima la menor oportunidad de defensa. Gabriel finalmente sucumbió a sus heridas, padeciendo un shock hipovolémico agudo como consecuencia de varias lesiones mortales.

El asesinato, calificado por muchos como un triste recordatorio del fenómeno de la violencia juvenil y la grave problemática de las pandillas en nuestra sociedad, también ha puesto de relieve la incuestionable necesidad de abordar esta cuestión desde un enfoque integral, que incluya prevención y educativas, para evitar que se repitan tragedias de este tipo en el futuro.