En Madrid, a partir de este lunes, comenzará un juicio que pone de relieve la peligrosidad al volante, al enfrentar a un conductor ante un tribunal por un fatal accidente que tuvo lugar en abril de 2023. El suceso, ocurrido en el Paseo de Extremadura, implicó un doble atropello mortal mientras el acusado era perseguido por un vehículo de la Guardia Civil tras desobedecer una señal de alto, siendo acompañado de su pareja, quien sostenía un bebé en brazos.

La acusación, presentada por la Fiscalía, sostiene que el individuo debe enfrentar una severa sanción de 14 años de prisión. Se le imputa un delito de conducción temeraria con desprecio consciente por la vida, así como dos cargos de homicidio y tres de lesiones, además de un delito contra la seguridad vial, puesto que conducía sin licencia debido a la pérdida de puntos acumulada.

El juicio tendrá lugar en la Audiencia Provincial de Madrid, donde se procederá a la selección del jurado encargado de resolver este caso. Los detalles del incidente revelan la actitud imprudente del acusado al volante. Según la Fiscalía, este circulaba por la M-406 en dirección a Leganés al mando de un vehículo Mercedes junto a su pareja y un bebé que no contaba con el adecuado sistema de retención.

Ante esta situación, la Guardia Civil activó señales luminosas y acústicas para detener el vehículo, pero el acusado optó por huir a gran velocidad, poniendo en grave riesgo no solo la vida de sus acompañantes, sino también la de otros automovilistas. Su conducción peligrosa le llevó a atravesar un semáforo en rojo y a maniobrar de manera agresiva por diferentes carreteras, alcanzando hasta 180 km/h.

En un momento dado, y tras desviarse hacia el Paseo de Extremadura, el acusado continuó su marcha en el casco urbano de Madrid a 90 km/h, a pesar de que la velocidad máxima estaba restringida a 50 km/h. Aunque un semáforo mostraba la luz roja, embistió a varios peatones, resultando en la muerte de uno de ellos de manera instantánea.

La locura no terminó ahí, ya que, tras el atropello, el acusado prosiguió su huida durante cerca de 660 metros, manteniendo una velocidad de aproximadamente 76 km/h y con el parabrisas delantero quebrado por el impacto. A pesar de tener una visibilidad limitada, tomó la decisión concienciuda de acelerar al cruzar un paso de peatones, provocando una nueva tragedia al atropellar a otro hombre que, acompañado de su esposa, cruzaba en ese instante.

Lo más alarmante es que, a pesar del impacto mortal, el procesado no se detuvo. Continuó su fuga a gran velocidad hasta que finalmente colisionó con otro vehículo en la calle Saavedra Fajardo, momento en el que se vio obligado a abandonar el coche y escapar corriendo para evitar ser detenido por las autoridades.