El abogado de la defensa del presunto asesino de Juana Canal, la vecina de Ciudad Lineal cuyo crimen se resolvió 19 años después, ha solicitado al juez que se declare la nulidad de la investigación. Según argumentan, las diligencias practicadas desde noviembre de 2020 son inválidas al no prorrogarse en aquel momento.
Este hecho ha llevado a las partes personadas en la causa a acudir al Juzgado de Instrucción número 21 de Madrid para asistir a la audiencia preliminar, pero la vista se ha suspendido debido a la ausencia de un letrado.
La solicitud de nulidad del procedimiento se presentó en la vista en preparación del próximo juicio y forma parte del escrito de defensa presentado por la parte acusada.
En octubre de 2022, Jesús Pradales afirmó ante la jueza que la víctima le amenazó con clavarse un cuchillo y acusarlo durante una discusión en la que supuestamente murió accidentalmente después de que él la golpeara para evitar una agresión.
El caso se resolvió cuando se encontraron los restos de Juana Canal en una propiedad en Ávila, lo que llevó a la detención de Jesús en octubre. Aunque los restos fueron descubiertos en mayo de 2019, la familia no fue informada hasta junio de 2022.
Después de su arresto, un juez de Ávila ordenó su ingreso en prisión provisional, pero se inhibió a favor de los juzgados de Madrid, ya que los presuntos delitos se cometieron en el distrito judicial de la capital.
El fiscal ha solicitado una condena de 15 años de prisión por el delito de homicidio agravado por parentesco. La familia de la víctima, a través del abogado Juan Manuel Medina, ha solicitado la misma pena pero ha agregado la circunstancia agravante de género.
Por otro lado, el abogado del acusado sostiene que la versión de los hechos de su cliente no implica la comisión del delito de homicidio. Según su relato, Jesús Pradales y Juana Canal tuvieron una discusión la noche del 22 al 23 de febrero de 2003 en su apartamento en la calle Bolmano de Madrid.
La defensa afirma que Juana Canal era adicta al alcohol y las pastillas, y se encontraba en un estado depresivo. Según su versión, después de la discusión, una patrulla de la Policía Nacional acudió al lugar pero decidió no intervenir, ya que consideró que no era necesario. Posteriormente, Juana agredió y golpeó a Jesús para evitar que abandonara el apartamento.
Jesús Pradales intentó protegerse cubriendo su rostro y cabeza con los antebrazos. En medio de la situación, intentó apartar a Juana sin intención de causarle daño o mucho menos la muerte. Sin embargo, Juana perdió el equilibrio debido al impacto y a su posible afectación por el alcohol y las pastillas, golpeándose violentamente la cabeza al caer al suelo y falleciendo instantáneamente.
Ante el temor de ser acusado de causar la muerte de Juana, Jesús Pradales escondió el cuerpo en la localidad de Navalacruz sin informar a nadie sobre lo ocurrido.