En Madrid, el pasado 3 de julio, se llevó a cabo la singular Carrera de Tacones, un evento que se ha convertido en una tradición dentro de las celebraciones del Orgullo LGTBI+. Este año, los competidores deslumbraron con sus vestimentas extravagantes y, por supuesto, con tacones que alcanzaban los 15 centímetros, mientras se lanzaban a recorrer la emblemática calle Pelayo en la capital española.

El ambiente era vibrante y festivo, con una multitud emocionada que abarrotaba la calle, animando a los participantes. La competencia, sin embargo, no estuvo exenta de periplo, ya que muchos corredores enfrentaron la difícil tarea de correr en tacones, con algunas caídas anotadas durante el trayecto. A pesar de ello, hubo quien optó por botas vaqueras hasta la rodilla, que brindaron un poco más de estabilidad, mientras que otros se decidieron por delicados tacones de aguja. También se hizo notar la presencia de pelucas coloridas y minifaldas en el evento.

La carrera comenzó con varias eliminatorias donde los competidores fueron agrupados de a cuatro o cinco. Los triunfadores de cada semifinal avanzaron a la gran final, donde los cinco más rápidos se enfrentaron en un estrecho circuito, que apenas contaba con tres metros de ancho, en medio de una densa marea de espectadores.

La final fue un verdadero desafío, ya que además de cubrir el recorrido en ambas direcciones, los participantes tuvieron que realizar cambios de vestuario y maquillarse los labios en plena carrera. Esta prueba final ofrecía premios sustanciosos, siendo el primero de 350 euros, seguido de 250 para el segundo lugar y 150 para el tercero.

El público, que en su mayoría contaba con abanicos para soportar el calor, no escatimó en ovaciones hacia los competidores, tanto durante la competencia como en los recesos. Momentos emotivos se vivieron cuando la multitud comenzó a entonar la emblemática canción 'A quién le importa', un himno representativo del colectivo LGTBI+.

Los balcones a ambos lados de la calle estaban decorados con globos y banderas del orgullo, mientras que el entretenimiento corría a cargo de varias drag queens que animaban la espera. Al concluir la carrera, tanto los competidores como los asistentes se reunieron alrededor de un escenario donde revivieron los sonidos de los años 2000 con canciones icónicas como 'Son mis amigos'.