Una reciente sentencia emitida por la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a un hombre de 46 años, identificado como A.M.V., a una impresionante pena de 433 años de prisión por una serie de delitos horrendos que incluyen abuso sexual a menores, pornografía infantil y ciberacoso. La gravedad de sus crímenes es un recordatorio alarmante de los peligros que enfrentan nuestros jóvenes en un mundo cada vez más digital.

El acusado, originario de Córdoba en Argentina, fue juzgado tras captar a más de 20 menores a través del popular videojuego Fortnite. Usó su conocimiento del juego para ganarse la confianza de estos niños, con quienes entabló conversaciones en línea y, en algunos casos, llegó a violar a uno de ellos. Su modus operandi incluía ofrecerles "pavos", la moneda del juego, para crear una relación de amistad y posteriormente manipularlos en videollamadas, donde les pedía que mostraran sus genitales.

La sentencia incluye la condena por 10 delitos de agresión sexual con penetración, así como múltiples cargos de abuso sexual, embaucamiento y elaboración de pornografía infantil. Sin embargo, a pesar de la abrumadora cantidad de años que suma la condena, el Código Penal español establece un límite de 20 años de prisión efectiva. Esto significa que A.M.V. podría salir en libertad condicional tras cumplir tres cuartas partes de su condena, después de lo cual sería expulsado de España durante 10 años.

Además de la pena de prisión, el condenado también deberá indemnizar a los menores afectados con un total que asciende a casi 90,000 euros, una suma que, aunque significativa, no puede reparar el daño que ha causado.

Durante el juicio, se reveló que A.M.V. había utilizado Fortnite durante el año 2021 para preparar su red de abuso. A través del juego, contactó con menores de 13 años, intentando ganar su confianza mediante regalos y atención. Una vez que logró establecer una relación de complicidad, comenzó a solicitarles que se exhibieran en videollamadas, utilizando este vínculo emocional para manipularlos.

Los horrores de su comportamiento se hicieron evidentes cuando las autoridades registraron su domicilio en Málaga en septiembre de 2021. Durante el registro, encontraron evidencia impactante en su cuenta de MEGA, donde se almacenaban imágenes de menores de 13 años en situaciones sexualmente explícitas. En total, se contabilizaron 25 menores involucrados, aunque muchos de ellos no han sido identificados.

El juicio y su condena ponen de relieve no solo los riesgos inherentes al uso de plataformas en línea por parte de los menores, sino también la urgente necesidad de reforzar las medidas de protección para garantizar su seguridad en un entorno digital cada vez más complejo. A.M.V. ha estado tras las rejas desde julio de 2023, vigilado por la justicia mientras se espera una respuesta adecuada a tales crímenes atroces.