Crónica Madrid.

Crónica Madrid.

Madrid registra en octubre niveles históricos bajos de dióxido de nitrógeno y se prepara para cumplir con la normativa europea.

Madrid registra en octubre niveles históricos bajos de dióxido de nitrógeno y se prepara para cumplir con la normativa europea.

Los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) en Plaza Elíptica, conocido como uno de los puntos críticos en términos de contaminación, se encuentran actualmente a la mitad del límite anual que se registró en 2019. Este dato es un reflejo del progreso de la capital española hacia un ambiente más limpio.

En octubre, Madrid reportó las cifras más bajas de NO2 hasta la fecha, con registros que caen por debajo de los 28 microgramos por metro cúbico (ug/m3) en Plaza Elíptica. De seguir esta tendencia, la ciudad podría cumplir, por tercer año consecutivo, con la Directiva europea de Calidad del Aire, un avance significativo que merece ser destacado.

La reducción promedio de los niveles de NO2 desde 2019 hasta 2024 en las 24 estaciones de control de calidad del aire es asombrosa, alcanzando un 39,2%. Las estaciones que han mostrado una mejoría notable incluyen Urbanización Embajadas, con un descenso del 60,5%, Escuelas Aguirre con un 52,8% y Retiro, que ha alcanzado un 50%. Esta información ha sido proporcionada por el Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad de la ciudad.

A pesar de estos avances, es importante recordar que Madrid estuvo por encima de los límites permitidos de NO2 desde 2010 hasta 2021, con un umbral máximo fijado en 40 ug/m3. El año 2017 fue especialmente problemático, ya que 15 de las 24 estaciones de calidad del aire excedieron este límite, lo que plantea serias preguntas sobre la gestión del air quality en la ciudad.

En 2018, que fue el último año considerado en una sentencia condenatoria por parte del Tribunal de Justicia europeo, Madrid, junto con Barcelona y el Baix Llobregat, fue criticada por sus reiterados incumplimientos. En aquel año, se superaron los límites en siete ocasiones, y en 2019, el número cayó a tres. Solo en 2020 y 2021 se registró un excedente en una única estación: Plaza Elíptica.

El año 2022 marcó un hito al registrar sus niveles de NO2 por debajo de los límites estipulados, cumpliendo así con la normativa europea por primera vez. Este éxito se repitió en 2023, y se espera que en 2024 los niveles continúen en descenso. En octubre, los niveles de NO2 se mantuvieron por debajo de 28 ug/m3 en Plaza Elíptica, lo que es motivo de optimismo.

Si observamos los datos históricos, en 2019 Plaza Elíptica registró un promedio de 55 ug/m3; en 2020, fueron 40 ug/m3; en 2021, nuevamente 39 ug/m3; en 2022, un moderado 40 ug/m3; y el año pasado se cerró con 35 ug/m3. Estas cifras reflejan el notable descenso de contaminación en, que alguna vez fue, uno de los puntos más críticos de la capital.

Es relevante señalar que, por segundo año consecutivo, no se activó el Protocolo de actuación para los episodios de contaminación por dióxido de nitrógeno, siendo la última vez que ocurrió en diciembre de 2021. En 2022 y 2023, Madrid no superó los umbrales considerados críticos en este plan de acción.

El protocolo fue activado en 2021 en dos ocasiones, sumando un total de siete días, mientras que en 2020, durante el año marcado por la pandemia, se activó durante tres días. En 2019, con la implementación de Madrid Central, se registraron tres episodios durante un total de 14 días. 2018 y 2017 también reflejaron una activación significativa, con cuatro y siete episodios, respectivamente.

Como resultado del descenso generalizado de los niveles de NO2, durante todo 2024 no se ha implementado la tarifa dinámica en el Servicio de Estacionamiento Regulado (SER). Esta tarifa fue introducida en enero de 2022 como parte de la Ordenanza de Movilidad Sostenible, con el objetivo de mitigar las emisiones contaminantes en la ciudad.

Esta tarifa implica un recargo que varía en función de la concentración media de NO2 durante la jornada anterior, determinado entre la medianoche y las 23 horas. Así, los importes de la tasa podrían incrementarse en un 60% o un 100% si la contaminación supera los 60 ug/m3 o los 70 ug/m3, respectivamente, lo que convierte la vigilancia de la calidad del aire en un asunto vital para el futuro sostenible de Madrid.