Madrid busca que Unicef renueve su estatus como Ciudad Amiga de la Infancia, con el voto en contra de Vox y la abstención de la oposición.

El Ayuntamiento de Madrid ha decidido solicitar a Unicef la renovación de su estatus como Ciudad Amiga de la Infancia, iniciativa que ha generado un intenso debate. Este proceso se lleva a cabo en un contexto marcado por tensiones internacionales, específicamente la situación en Gaza, que ha influido en las posturas políticas de los diferentes grupos municipales.
José Fernández, delegado de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, ha defendido que Madrid es el lugar idóneo para la infancia, haciendo alusión a un compromiso firme con el bienestar de los más jóvenes. Fernández aseguró que las iniciativas en favor de la infancia, como el plan de fomento de la natalidad, forman parte de un enfoque integral que busca garantizar los derechos de los niños en cada decisión política del Ayuntamiento.
El delegado destacó que Madrid cumple con los criterios de la Convención sobre los Derechos del Niño, aspectos que serán considerados por Unicef en esta nueva evaluación. Desde 2008, la ciudad ha ostentado este reconocimiento y el objetivo es que las políticas públicas continúen centradas en los intereses de la infancia.
Por su parte, la concejala de Vox, Carla Toscano, explicó su oposición a esta renovación, subrayando la falta de confianza en organizaciones como Naciones Unidas, a las que considera corruptas y más interesadas en agendas ajenas a la justicia social. Toscano enfatizó que la protección infantil va mucho más allá de mejorar espacios recreativos; se trata de salvaguardar principios fundamentales como el derecho a la vida, la integridad familiar y la inviolabilidad de la infancia.
La concejala socialista Ana Lima, que optó por la abstención, criticó la paradoja de que un alcalde que minimiza la gravedad de la situación en Gaza esté promoviendo la renovación del estatus de Ciudad Amiga de la Infancia, eludiendo que se están contabilizando cientos de niños afectados por la violencia en esa región.
Lima también señaló que el Plan de Infancia y Adolescencia había caducado en 2023 sin la debida evaluación y criticó la reducción de servicios destinados a la atención infantil, especialmente la clausura de instalaciones clave como las Casas Grandes. Esta situación, según ella, contradice la imagen de Madrid como una ciudad que realmente se preocupa por sus niños.
Desde Más Madrid, Lucía Lois cuestionó cómo Unicef podría considerar a Madrid como un aliado en la defensa de los derechos infantiles mientras el gobierno municipal parece ignorar o minimizar las atrocidades que ocurren en Palestina. Lois exigió un compromiso más firme desde las instituciones para condenar las acciones en Gaza y pidió que se prioricen los derechos de la infancia por encima de cualquier actividad deportiva o festiva que se esté llevando a cabo.
Más Madrid considera que las circunstancias actuales hacen de la ciudad un lugar hostil para la infancia, enfatizando que es necesario un cambio radical en la gestión de los derechos de los niños para poder asumir con orgullo esa distinción de Ciudad Amiga de la Infancia.
Finalmente, la concejala concluyó señalando que Madrid tiene mucho por hacer para poder ser reconocida verdaderamente como defensora de los derechos infantiles, comenzando por abordar la crisis en Gaza y asegurándose de que se tomen acciones adecuadas en beneficio de los menores madrileños.
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