Crónica Madrid.

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Los madrileños recurren a las clarisas ante el marzo más lluvioso jamás registrado.

Los madrileños recurren a las clarisas ante el marzo más lluvioso jamás registrado.

En Madrid, el mes de marzo se ha marcado como el más lluvioso en la historia reciente, un hecho que ha impulsado a muchas personas a acudir a la orden de Santa Clara para ofrecer huevos a cambio de oraciones. Este acto simbólico se ha popularizado entre quienes buscan invocar a las fuerzas divinas en días especiales, deseando un clima favorable durante importantes celebraciones.

La Hermana María Jesús de la Inmaculada, perteneciente a la comunidad de monjas clarisas, ha compartido detalles con Europa Press sobre esta curiosa tendencia. A pesar de las intensas lluvias, muchas parejas que están próximas a casarse no han dudado en solicitar oraciones para que su ceremonia transcurra bajo un soleado y radiante cielo.

“Las familias de los novios han traído más de una docena de huevos”, ha comentado la religiosa, aludiendo al creciente número de ofrendas que han llegado al convento. Estos donativos se ofrecen como plegarias por un matrimonio lleno de amor y duradero, un gesto que refleja una tradición muy arraigada en la comunidad.

La Hermana María Jesús ha observado que las intenciones detrás de las oraciones pueden variar según quién haga la petición. Por ejemplo, los padres de los novios tienden a concentrarse en diferentes aspectos que los amigos o familiares más lejanos. “La situación cambia incluso cuando se trata de matrimonios civiles o solicitudes de parejas del mismo sexo”, ha confesado, evidenciando la diversidad en las peticiones.

A pesar de que no todos los donantes pueden considerarse devotos, la religiosa ha notado que muchos se sienten atraídos por la esperanza de que Santa Clara escuche sus súplicas. Ana, una joven que recientemente ha participado en esta tradición, compartió su experiencia. “Era la primera vez que traía huevos, pero quería hacer algo especial por los novios”, comentó.

El ritual de la ofrenda tiene su propio proceso fascinante. Dado que las monjas viven en clausura, no pueden tener contacto directo con los donantes. Primero, se debe tocar un timbre para acceder al convento, y luego, los huevos se colocan en un torno que coincide con un espacio donde las religiosas los recogen.

Una vez que las claras reciben estos alimentos, las monjas tienen un propósito más allá de la oración; destinan los huevos a labor social, llegando a comedores comunitarios y acudientes, así como a médicos y seminaristas que les brindan diversas atenciones. “Son muchas las personas que se sienten afortunadas al recibirlos”, ha indicado la Madre María Jesús, destacando el impacto positivo de esta acción.

Otra parte esencial de estas ofrendas se destina a la iglesia de San Antón, en Fuencarral, donde el Padre Ángel recibe las donaciones con una sonrisa, depositándolas en una cesta grande. Para la Hermana María Jesús, este es uno de los momentos más gratificantes del proceso, ya que se siente el impacto en la comunidad.

A medida que se acerca mayo, mes conocido por ser particularmente generoso en ofrendas, las monjas saben que no solo habrá bodas, sino que también se celebrarán comuniones. Además, algunas personas utilizan esta tradición como un acto de fe para otros eventos importantes, como exámenes. “Rezamos por toda la humanidad y, sobre todo, por las familias, ya que estamos al tanto de los desafíos que enfrentan nuestros seres queridos”, concluyó la Madre, enfatizando que sus oraciones trascienden el acto de ofrecer huevos.