Juan Lobato, actual secretario general del PSOE-M, vuelve a reafirmar su compromiso con el liderazgo del partido en Madrid y sus interacciones con la militancia que ha llevado a cabo desde enero. A pesar de las especulaciones respecto a la posible candidatura del ministro Óscar López, Lobato ha optado por criticar a quienes describe como los "grandes mirlos blancos" que podrían desafiar su posición.

En una entrevista para Onda Cero, que ha sido difundida por Europa Press, Lobato subrayó la importancia de contar con un proyecto robusto que ha venido construyendo durante casi tres años. Resaltó la necesidad de un equipo que entienda Madrid y que esté en contacto con cada uno de sus barrios, consolidando así una propuesta política fundamentada y accesible a la ciudadanía.

Recientemente, el medio digital 'elDiario.es' insinuó que López podría ser el candidato respaldado por Ferraz para oponerse a Lobato en la contienda por el liderazgo madrileño. Esto se suma a un clima de tensiones y críticas dentro del PSOE-M, donde varios disidentes demandan un cambio de dirección en la federación. Esta situación ha cobrado relevancia tras la inquietud manifestada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre la desventaja que experimenta el PSOE frente al PP en las elecciones europeas del próximo junio.

A pesar de estas presiones, Lobato se mostró confiado y defendió su gestión, argumentando que ha tomado decisiones estratégicas para construir una alternativa sólida en Madrid, en contraposición a lo que él denomina "ocurrencias" de los que buscan soluciones rápidas para los problemas del partido. Ha hecho hincapié en que, desde que asumió su cargo, enfrenta continuamente rumores y especulaciones, comparando esta situación con el Día de la Marmota, aludiendo a la repetitividad de los problemas dentro de la agrupación socialistas madrileña a lo largo de las décadas.

Cuando se le preguntó si se posiciona como el candidato del partido base frente al aparato, Lobato recordó sus recorridos por los diversos territorios de Madrid desde enero, enfatizando que no es solo una cuestión personal, sino un esfuerzo colectivo de muchos socialistas que están promoviendo la necesidad de un cambio tras 30 años. Esta labor se ha centrado en conectar con los ciudadanos y explicar la urgencia de una alternativa al actual panorama político.

Por su parte, Reyes Maroto, portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid, también se pronunció sobre el tema, pidiendo que se evite hablar de liderazgos en este momento. En su lugar, instó a los miembros del PSOE a concentrarse en el 41 Congreso Federal que se celebrará en diciembre y a priorizar la elaboración de un programa político que pueda resonar en las próximas elecciones a nivel nacional, autonómico y local.

La situación se amplió con reacciones de otros líderes socialistas, como el alcalde de San Fernando de Henares, Javier Corpa, quien en redes sociales enfatizó que el conocimiento del territorio es crucial para dirigir un proyecto creíble. Abogó por la estabilidad en el liderazgo, sugiriendo que los constantes cambios en la dirección solo llevan al fracaso. Esta opinión fue apoyada por Mar Espinar, diputada autonómica, quien dijo que el partido debería confiar más en su organización territorial para evitar lo que ella considera los errores del pasado asociados a influencias externas en Madrid.

Por otro lado, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, lanzó un comentario irónico a Lobato, sugiriéndole que no se desanime ante las adversidades políticas. Almeida recordó el episodio reciente con Begoña Gómez, donde Lobato no logró hacer aportes significativos, y luego recibió la noticia de que Óscar López podría tomar su lugar. Sin embargo, el alcalde también advirtió que la situación política puede ser despiadada, y aunque critica a Lobato, no considera que merezca el trato que está recibiendo.

Finalmente, Almeida no escatimó en criticar la figura de López, presentándolo como un símbolo del "Gobierno Frankenstein", sugiriendo que su actuación en Madrid podría ayudar al PP a seguir dominando en las elecciones. Así, subrayó la imagen de López como la representación de un pasado que los votantes podrían rechazar, dejando claro que su presencia en la política madrileña podría no ser lo que el Partido Socialista necesita para salir del estancamiento.