Crónica Madrid.

Crónica Madrid.

La Comunidad de Madrid declara la iglesia de San Salvador de Leganés como Bien de Interés Cultural

La Comunidad de Madrid declara la iglesia de San Salvador de Leganés como Bien de Interés Cultural

La Comunidad de Madrid ha tomado la decisión de declarar a la iglesia parroquial de San Salvador en Leganés como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Monumento.

La Dirección General de Patrimonio Cultural inició el proceso para esta declaración en octubre pasado, tras las labores de restauración realizadas en el templo a lo largo de tres años en diferentes fases.

En la reunión del Consejo de Gobierno de esta semana se aprobó el decreto que otorga la categoría de Monumento a esta iglesia parroquial de Leganés, la cual es considerada un destacado ejemplo de la arquitectura madrileña de los siglos XVI y XVII, reflejando la tendencia tardogótica y el clasicismo ornamentado, con la participación de varios maestros de obras madrileños.

Con su calificación como Bien de Interés Patrimonial, la iglesia se erige como un importante representante de la arquitectura de los siglos XVI y XVII en Madrid, presentando un excelente estado de conservación luego de una reciente intervención integral en el edificio.

La construcción del templo se desarrolla en un periodo que abarca desde finales del siglo XV o principios del XVI, hasta la culminación de los retablos de Churriguera en los años 1701-1707 y 1720.

La parte más antigua corresponde al ábside pentagonal de cantería, finalizado alrededor de 1570. En 1584 se erige la torre en la entrada del templo, la cual sería sustituida posteriormente, al realizarse la ampliación del templo en torno a 1660. Las obras concluyen en 1676, bajo la encomienda de Felipe V para la sustitución del retablo mayor y la ejecución de otros elementos actualmente presentes.

El archivo parroquial y municipal conserva valiosa documentación que revela la evolución constructiva y la participación de maestros toledanos y madrileños durante casi dos siglos, así como los maestros retablistas del siglo XVIII.

El inicio de la cabecera se remonta al segundo cuarto del siglo XVI sobre una pequeña iglesia probablemente mudéjar, siguiendo el modelo gótico tardío característico de esa época, aunque su finalización sucede hacia finales del mismo siglo debido a replanteos y pausas, con la intervención de varios maestros de obras.

Por otro lado, el transepto y el cuerpo del templo, iniciados alrededor de 1660, responden a una arquitectura conforme al manierismo clasicista, influenciada por Juan de Herrera y ejecutada por los maestros Juan Veloso, Tomás Román y Pedro Lázaro Goiti, quienes participaron en obras concebidas por Juan Gómez de Mora.

Este estilo marcó la arquitectura madrileña durante la primera mitad del siglo XVII, caracterizándose por la sobriedad, la pureza de líneas, las estructuras sencillas, y el predominio de volúmenes cúbicos, líneas rectas y perfiles planos, utilizando los elementos arquitectónicos como elemento decorativo.

Finalmente, el maestro toledano Bartolomé Zumbigo completó el interior de la iglesia hacia 1671 y se encargó de la pila bautismal y las pilas de agua bendita. A esto se suma el conjunto de doce retablos de los siglos XVII y XVIII, que conforman su ornato litúrgico, destacando la obra de José Benito de Churriguera, arquitecto y retablista madrileño reconocido por un nuevo estilo entre finales del siglo XVII y principios del XVIII.