Crónica Madrid.

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El Ayuntamiento bloqueará el paso subterráneo entre la calle Seseña y la carretera de Boadilla a partir del lunes.

El Ayuntamiento bloqueará el paso subterráneo entre la calle Seseña y la carretera de Boadilla a partir del lunes.

El Ayuntamiento de Madrid ha tomado la decisión de cerrar completamente este lunes el paso inferior que une la calle Seseña, situada bajo la A-5, con la carretera de Boadilla, como parte de un plan para demoler dicha estructura subterránea. Este proceso de demolición está previsto que comience en la segunda mitad de mayo.

A pesar de este cierre, se mantendrá la salida desde la calzada norte de la A-5 en dirección a Boadilla del Monte. Para facilitar el acceso a los residentes del barrio de Campamento, se implementará un nuevo giro a la izquierda desde el ramal que conduce a la calle Carabias, un movimiento que anteriormente solo era posible mediante el paso que ahora se cierra.

Además, desde el 1 de marzo, una nueva glorieta en la avenida de los Poblados, a la altura de la calle del Pilar, ha permitido establecer distintas rutas alternativas para acceder a la A-5. Estas rutas comprenden los enlaces de Los Yébenes, la avenida del Padre Piquer y la propia avenida de los Poblados.

El acceso al barrio de Aluche también se verá facilitado a través de estos tres puntos de la red viaria, además de las calles Allende y Villadiego que permiten continuar por la calle Meliloto, evitando la zona de obras en cuestión.

Asimismo, la línea 65 de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Madrid, que actualmente pasa por el paso inferior, se verá afectada. Con el fin de mantener el servicio, se modificará su ruta en dirección a Madrid, incorporando nuevas paradas en la carretera de Boadilla y tres adicionales en el barrio de Aluche, un cambio que busca fomentar el uso del transporte público.

A partir de este lunes 7 de abril, se iniciará la construcción de un bypass que redirigirá el tráfico para facilitar la demolición del paso inferior. El tráfico entrante y saliente de Madrid, que fue desviado hacia la calzada norte de la A-5 el 10 de febrero, continuará por esta vía, previsiblemente, hasta finales del año, con una restricción de velocidad máxima de 50 km/hora en la zona de obras.