El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, ha instado a la alcaldesa de Alcalá de Henares, Judith Piquet, y al consejero Carlos Novillo, responsable de Medio Ambiente y Agricultura, a establecer una colaboración efectiva entre sus instituciones. El objetivo principal de esta cooperación sería desarticular los "discursos de odio" que asocian la inmigración con el aumento de la inseguridad en la ciudad.

Durante una reciente reunión de la Junta Local de Seguridad, Martín destacó que es crucial no desviar la atención de los verdaderos conflictos de seguridad que enfrenta Alcalá de Henares. Hizo mención a la apertura del Centro de Acogida, Emergencia y Derivación (CAED) en noviembre del año pasado, que ha sido escenario de aproximadamente 16 delitos por parte de los internos, incluyendo un ataque a una joven presuntamente perpetrado por un inmigrante que reside en dicho centro.

El delegado enfatizó que centrar la atención únicamente en este asunto podría perjudicar a los ciudadanos de Alcalá. Su crítica, que calificó como una situación digna de un sainete cervantino, lo llevó a instar a Piquet y Novillo a dejar de "echar gasolina al fuego", en referencia a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, y a colaborar en la solución de estos problemas más que en avivarlos.

Para concluir, Martín subrayó que la región de Madrid no debería caer bajo la influencia de "los ultras" y solicitó una condena explícita no solo por los incidentes en Alcalá de Henares, sino también por las recientes alteraciones del orden público en Puerto Pacheco, Murcia. Además, hizo un llamado a las autoridades locales y autonómicas para que defiendan el trabajo de la Policía Nacional, resaltando la importancia de su labor en la protección de la ciudadanía.