Crónica Madrid.

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Corte en la A-5 por obras desde el martes entre Padre Piquer y la carretera de Boadilla.

Corte en la A-5 por obras desde el martes entre Padre Piquer y la carretera de Boadilla.

En Madrid, las obras para soterrar la A-5, en el marco del proyecto del Paseo Verde del Suroeste, han alcanzado este viernes un importante hito al cumplirse nueve meses desde su inicio. A pesar del progreso, se anticipa una nueva interrupción en el tráfico el próximo martes, que es necesaria para continuar con la construcción del túnel, que se extenderá entre la avenida de Padre Piquer y el enlace hacia la carretera de Boadilla.

El Consistorio madrileño planea desviar la circulación en la A-5 desde la mencionada avenida hasta el nuevo bypass del enlace con Boadilla. Este desvío facilitará la instalación de los pilotes de la futura rampa de salida del túnel, según lo comunicado por la administración municipal.

Además, este nuevo trazado permitirá avanzar en la construcción de los pilotes del túnel norte, destinado a la dirección de Badajoz, y la colocación de las primeras losas del mismo. La obra requiere desviar el tráfico de la A-5 para despejar la zona de la futura rampa, que transitara parcialmente sobre las losas ya instaladas del túnel sur, abarcando el tramo entre la calle de Illescas y el enlace de Boadilla.

Durante esta fase, continuará disponible la salida de la calzada norte de la A-5 hacia Boadilla del Monte, así como el giro a la izquierda hacia la calle Carabias, ya habilitado desde abril tras la supresión del tránsito por el paso inferior.

Este acceso es crucial para los residentes de la zona, ya que ofrecerá una alternativa de ruta con el cierre del ingreso a la calle Carabias desde la A-5. Sin embargo, la salida desde Carabias permanecerá operativa, asegurando el flujo de tráfico para los vecinos.

Con la finalización del Paseo Verde del Suroeste y el consiguiente soterramiento de la A-5, el Ayuntamiento de Madrid busca recuperar espacios para los residentes, que actualmente están ocupados por la carretera que divide los barrios de Lucero, Aluche y Las Águilas, separándolos de Campamento y Casa de Campo, este último en el distrito de Moncloa-Aravaca. La A-5 experimenta un tránsito diario de unas 80,000 vehículos, y se prevé que la culminación de estas obras reduzca esta cifra en un 90%, disminuyendo también las emisiones contaminantes.

En la superficie, la cobertura de la A-5 permitirá extender un bulevar peatonal desde la avenida de Portugal hasta la avenida del Padre Piquer, abarcando una distancia total de 3.2 kilómetros.

En el túnel, se diseñarán tres carriles por sentido en dos vanos. Los carriles más cercanos a la mediana de ambas calzadas estarán destinados al uso de autobuses y vehículos de alta ocupación (VAO), equipados con señalización variable que permitirá ajustar su uso según las necesidades del tráfico. Este sistema flexible será clave para optimizar la infraestructura y adaptarla a la demanda de transporte en cada momento.