El pasado 16 de octubre, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, dirigió una contundente crítica hacia el Gobierno español, acusándolo de ser un constante generador de mentiras y de haber vulnerado gravemente la Constitución.

Durante una sesión de control en el Pleno de la Asamblea, Ayuso afirmó que los que acusan de mentir son precisamente aquellos que han desatado una campaña sistemática de ataque y desprestigio contra su círculo cercano. En este contexto, la dirigente autonómica denunció la maniobra del Gobierno para proteger al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, con el objetivo de presentarlo como "inocente" o "víctima" de la situación.

En respuesta a las críticas de la portavoz del PSOE en la Asamblea, Mar Espinar, quien señaló las supuestas "mentiras" del jefe de Gabinete de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez, en relación a la investigación de filtraciones sobre la pareja de este, la presidenta recalcó que el verdadero responsable de la desinformación es el propio fiscal general, quien había manipulado el sistema judicial y había borrado pruebas esenciales, incluyendo su teléfono móvil, lo que obstruyó la labor de la Guardia Civil.

Ayuso no se detuvo ahí y recordó que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también había hecho lo mismo con su dispositivo, al tiempo que le reprochó que su partido tiene a uno de sus altos cargos en prisión, y cuestionó la credibilidad del feminismo que dice defender, aludiendo a las polémicas relacionadas con el conocido "Tito Berni" y las acusaciones de prostitución y abuso.

Además, la presidenta destacó que muchos ministros del actual Gobierno parecen verse acorralados por las acusaciones de corrupción y falta de transparencia, sugiriendo que algunos se ven obligados a guardar silencio en lugar de dar respuestas claras. Criticó la ocultación de una supuesta trama de subvenciones que beneficiaron al hermano del presidente autonómico de Valencia, Ximo Puig, quien ahora enfrenta su propio juicio.

En medio de este intercambio de acusaciones, la socialista Espinar también se dirigió a Ayuso, acusándola de intentar obstaculizar la aplicación de la ley de aborto en la Comunidad de Madrid, sugiriendo que su postura refleja un autoritarismo que envía a las mujeres a buscar soluciones fuera de la comunidad. Aseguró que los intentos de distraer a la opinión pública con este tema no habían tenido éxito, subrayando que todo el país había sido testigo de cómo el jefe de gabinete de Ayuso admitió en un tribunal haber creado un bulo con respecto al fiscal general.

Espinar finalizó su intervención afirmando que tanto Ayuso como su jefe de Gabinete encarnan lo peor del Partido Popular, considerándolos hipócritas y reaccionarios, preocupados solo por sus propios intereses y dispuestos a recortar derechos fundamentales en busca de mantener su posición de privilegio.