Vox se prepara para un choque directo con Ayuso, centrándose en la inmigración para recuperar su relevancia en 2027.

El partido Vox ha lanzado un aviso contundente: con miras hacia las elecciones autonómicas de 2027, exigirán compromisos claros y específicos en aquellos territorios donde su apoyo sea crucial para la formación de gobierno. Desde la formación han dejado claro que no están interesados en pactos vacíos, afirmando firmemente que "pactar por pactar, jamás".
Durante una reciente rueda de prensa, Vox ha manifestado su intención de volver a convertirse en un aliado indispensable para la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tras las elecciones de 2027. Con una estrategia centrada en la "batalla de las ideas", la formación se enfocará en temas fundamentales como la inmigración ilegal, el islamismo y el costo de la vida en la región.
Desde Vox, han observado que Ayuso ha adoptado posturas similares a las suyas en un intento de competir con su ideología, lo que complica sus esfuerzos. Al conmemorar el segundo aniversario de las elecciones de 2023, en las cuales Vox obtuvo el cuarto lugar en la Asamblea de Madrid, se subraya que el partido ya no es esencial para la presidenta, quien logró una victoria abrumadora.
En este tiempo, Vox ha experimentado cambios significativos en su liderazgo. José Antonio Fúster ha asumido el mando como presidente de la formación en Madrid, sustituyendo a Rocío Monasterio, mientras que Isabel Pérez Moñino ha tomado el rol de portavoz en la Asamblea. Este cambio de liderazgo también señala un aprendizaje en cuanto a las negociaciones y la necesidad de establecer acuerdos más concretos.
Preparándose para 2027, Vox ha declarado que no se conformarán con "orientaciones generales" como en 2021. En su lugar, exigirán medidas específicas y listas de acción detalladas. "Todo debe estar definido", reiteran desde la dirección del partido, marcando un tono de confrontación directa con Ayuso, especialmente en las sesiones legislativas.
En sus intercambios en la Asamblea, Ayuso ha calificado a Vox de "irrelevantes" y ha criticado su enfoque, insinuando que sus propuestas son inadecuadas y pueden atentar contra la Constitución. Sin embargo, desde Vox defienden que su oposición no se centra en la persona de Ayuso, sino en las políticas que ella representa.
Los miembros de Vox consideran que la crítica que enfrentan es un intento de deslegitimar su voz y afirman que Madrid no ha mejorado en los últimos dos años, a pesar de las afirmaciones de la presidenta. Apuestan a que la discusión debe centrarse en cuestiones de fondo, como la migración y otros temas sociales importantes.
Uno de los puntos de mayor tensión ha sido el tema de la migración en las últimas sesiones de pleno. Vox ha presionado a Ayuso sobre la creciente influencia del islam en la región, acusándola de no abordar lo que ellos consideran una amenaza. Este tipo de enfrentamientos han llevado a iniciativas legislativas como la propuesta de eliminar programas culturales específicos.
La dirección de Vox en Madrid busca acentuar la unidad con la cúpula nacional del partido, defendiendo que es necesario mantener una coherencia en todas las instancias. Al mismo tiempo, han advertido sobre los peligros asociados a un crecimiento desmedido de Madrid, sugiriendo que esto puede afectar negativamente a las provincias alrededor, que ya sufren una despoblación alarmante.
El partido está preocupado por el desarrollo de una ciudad que pueda ser insostenible, luchando por preservar la identidad y necesidades de la población local. Este enfoque les ha llevado a adoptar una postura firme en contra de la inmigración ilegal, argumentando que no se deben abrir las puertas sin considerar las capacidades de integración.
A pesar de la polarización política, Vox y el PP deben colaborar en muchos municipios donde gobiernan en conjunto, como es el caso de Arganda del Rey, donde han logrado establecer acuerdos significativos. Están buscando este tipo de pactos positivos para extender su influencia y efectividad a otros lugares.
Además, Vox ha delineado planes claros para renovar su estructura de liderazgo, buscando incluir nuevos talentos y preparar un programa electoral que se ajuste a las necesidades locales, abordando así problemáticas específicas de cada localidad donde participan.
Por otro lado, se especula sobre el futuro del líder de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, cuya continuidad está en entredicho tras cambios de liderazgo en el partido. Se considera también a Carla Toscano como una posible sucesora, aunque las tensiones internas permanecen evidentes.
Ortega Smith, por su parte, ha reafirmado su compromiso con el partido, enfatizando que no está en él para ser una figura de relevancia personal, sino un miembro más de una organización cuya fundación respeta. En un clima de intensa lucha política, Vox se prepara para los desafíos venideros de manera estratégica y decidida.
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