
En Madrid, el 19 de enero, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales (FRAVM) junto con el Grupo de Acción por el Medio Ambiente (GRAMA) han tomado la delantera en una nueva movilización exigiendo el cierre de la controvertida incineradora de residuos de Valdemingómez. Esta convocatoria ha reunido no solo a residentes preocupados, sino también a destacados miembros de partidos como el PSOE, Más Madrid y Podemos, quienes se han unido a la causa bajo el clamor de que “la solución no es la incineración”.
Quique Villalobos, responsable de Medio Ambiente de la FRAVM y portavoz de la Mesa de Trabajo que busca el cierre de Valdemingómez, ha expresado que la demanda primordial es que el cierre de la planta se realice “de acuerdo con el plan que había”, un plan inicialmente aprobado por el gobierno de Manuela Carmena que proponía una drástica reducción de la incineración para el año 2022, culminando con el cierre total de la planta en 2025.
Villalobos ha subrayado que la planta de Valdemingómez opera actualmente sin una autorización ambiental integrada, la cual expiró en diciembre de 2023. “Llevamos un año y dos meses con la incineradora funcionando en condiciones inaceptables, pues no cumple con las normativas de seguridad impuestas por Europa”, añadió, mostrando su preocupación por la situación actual.
El portavoz también ha dejado entrever la posibilidad de emprender acciones legales ante la falta de licencia, aunque con la cautela de que dichas acciones podrían no prosperar. Esto se debe a que el gobierno local está trabajando en un nuevo contrato que podría extender la vida útil de la planta por 15 años más, es decir, hasta el año 2040.
Rita Maestre, portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento, ha declarado con firmeza que “no permitirán que esto suceda” y que su expectativa es estar celebrando el cierre definitivo de la incineradora en un plazo de dos años. Su compañera de partido, Manuela Bergerot, también ha reafirmado su compromiso de respaldar a los vecinos en su lucha, acusando al Partido Popular de desentenderse de las necesidades del sureste de Madrid, en una crítica directa a la gestión del actual gobierno liderado por José Luis Martínez-Almeida.
Víctor Valdés, portavoz de Podemos, ha manifestado en el mismo sentido, insistiendo en que “el alcalde de Madrid está perjudicando a los barrios más vulnerables y a localidades cercanas”. Él, junto a la líder regional de su partido, Isa Serra, ha asegurado que emprenderán “todas las acciones necesarias para demandar el cierre de Valdemingómez”, incluyendo acciones legales contra el pliego que permitiría la operación de la incineradora hasta 2040.
Reyes Maroto, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid, ha exigido también el cierre de la planta de incineración, enfatizando que esta es una reivindicación que el Partido Socialista ha respaldado durante mucho tiempo. Maroto ha agregado que, debido a “las chapuzas del señor Almeida”, el PSOE está elevando esta exigencia en el presente año y ha instado al alcalde a resolver los problemas relacionados con la autorización ambiental integrada.
Maroto ha sostenido que la ineficacia de Almeida está haciendo que los vecinos sufran las consecuencias y ha criticado la nueva tasa de basura que el Consistorio tiene planeado implementar a partir de 2025. Según sus afirmaciones, cada madrileño podría enfrentar un coste medio de 140 euros por este impuesto, que ella considera una irresponsabilidad que prioriza los intereses económicos de unos pocos sobre la salud de los ciudadanos.
La portavoz socialista ha hecho un llamado a Martínez-Almeida para que apruebe una estrategia de residuos que incorpore las reformas que su partido ha presentado para disminuir los costos que los madrileños destinados a la gestión de residuos, sugiriendo que el presupuesto debería ser utilizado para proteger la salud pública y mejorar las instalaciones en los distritos cercanos a Valdemingómez.
La marcha de este domingo, que marcó la sexta movilización en pro del cierre de la incineradora, se inició en la estación de Metro de Valdecarros, donde residentes y políticos se congregaron para comenzar un recorrido de nueve kilómetros organizado por la FRAVM y GRAMA. El recorrido incluyó vías pecuarias como la Colada de Valdelaculebra y la Colada del Congosto, y cruzó la M-50 para llegar a Las Lomas, donde se encuentra el depósito de cenizas provenientes de la incineración de residuos en Valdemingómez.
A pesar de los planes del Ayuntamiento de Madrid para ampliar la vida de Valdemingómez hasta 2040, Borja Carabante, delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, indicó que si se logra cumplir con el objetivo de no superar el 10% de residuos que van al vertedero, la incineradora podría cesar su actividad antes de la finalización del contrato. Por su parte, Villalobos ha reconocido durante la concentración que ese 10% es una meta alcanzable, y ha instado al gobierno a implementar un sistema efectivo para reducir y clasificar los residuos, criticando las medidas superficiales que hasta ahora no han resuelto el problema real.
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