Crónica Madrid.

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Piden 15 años de prisión para el confeso asesino de Juana Canal, desaparecida en 2003, según el fiscal y la acusación.

Piden 15 años de prisión para el confeso asesino de Juana Canal, desaparecida en 2003, según el fiscal y la acusación.

La Fiscalía de Madrid y la acusación particular solicitan 15 años de cárcel para el asesino confeso de Juana Canal, desaparecida en 2003 y cuyo crimen se resolvió en octubre de 2022 tras el hallazgo de sus restos mortales en una finca familiar del agresor en Ávila.

Hace casi un año, Jesús Pradales admitió el homicidio ante la jueza de Madrid que instruye el caso y pidió perdón a la familia de la mujer desaparecida hace 20 años en el distrito de Ciudad Lineal.

El crimen se resolvió hace un año tras localizarse sus huesos en una finca en Ávila, lo que llevó a los investigadores a la detención de Jesús en octubre. Los restos aparecieron en mayo de 2019 pero hasta junio de 2022 no se comunicó a la familia dicha hallazgo.

El procedimiento judicial se encuentra en la fase intermedia de presentación de escritos de conclusiones provisionales de cara a la celebración del juicio oral.

En un auto reciente, del pasado 19 de septiembre, la jueza denegó de nuevo la solicitud de libertad provisional y en marzo de 2023, la Audiencia Provincial de Madrid desestimó el recurso presentado por la defensa para que se calificara el crimen de homicidio imprudente.

De cara a la vista, el fiscal y la familia, a través del letrado Juan Manuel Medina, han presentado ante el juzgado sus respectivos escritos de acusación.

En las calificaciones del Ministerio Público, a las que tuvo acceso Europa Press, se describen jurídicamente los hechos de homicidio con la agravante de parentesco. La familia de la víctima solicita la misma pena de prisión que el fiscal pero le suma la circunstancia agravante de género.

Según el fiscal, los hechos se produjeron en la madrugada del 22 de febrero de 2003 en el domicilio que la pareja compartía en la calle Boldano de la capital. El acusado inició una discusión con su novia y, con "la intención de causarle la muerte, o siendo consciente de que con su acción este resultado podía llegar a producirse, la golpeó fuertemente en el cuello, haciendo que ésta cayera provocándole la muerte".

Una vez que comprobó que Juana Canal había fallecido, comenzó a descuartizar su cuerpo y lo trasladó hasta la localidad abulense de Navarredondilla, donde la enterró y fueron hallados sus restos óseos el 18 de abril de 2019.

En el escrito de la acusación particular, el abogado Juan Manuel Medina expone que el acusado, tras causar la muerte de Juana Canal, con la intención de ocultar su cadáver, realizó "actos tendentes a profanar y ocultar dichos restos mortales, concretamente el descuartizamiento del cuerpo con algún tipo de instrumento serrado, y su posterior inhumación ilegal".

Tras el crimen, Jesús "realizó una serie de actos tendentes a elaborar una coartada exculpatoria en relación a la muerte y supuesta desaparición de la finada, tales como redactar una nota manuscrita dirigida al hijo mayor de la víctima con intención de hacerle creer que la desaparición de su madre había sido voluntaria".

Además, el procesado solicitó un parte de lesiones para denunciar ante la comisaría de policía de Ciudad Lineal la agresión a la que supuestamente le habría sometido su pareja, llegando a interponer una denuncia contra la misma por unos supuestos hechos de maltrato familiar.

La familia solicita que el procesado indemnice al heredero del hijo fallecido y al otro hijo en 200.000,00 euros a cada uno de ellos, y a los hermanos de la víctima con 60.000 euros a cada uno.

En su declaración ante la jueza, Jesús manifestó que la víctima le amenazó con clavarse un cuchillo y culparle en el transcurso de la discusión en la que habría fallecido de forma accidental tras golpearla para evitar una agresión.

El asesino de Juana Canal ingresó el 28 de octubre de 2022 en la prisión de Brieva, próxima a Ávila, por un delito de homicidio en el ámbito de la violencia de género.

Lo hizo tras confesar a la jueza que la mató de un golpe y que la desmembró en dos trozos en la bañera para trasladarla en maletas a Navalacruz, donde la enterró en dos agujeros en unos terrenos próximos a una finca familiar.

Relató que la discusión se inició después de que la mujer le sustrajera 600 euros y se encerrara en el baño, amenazándole con tirar el dinero por el inodoro. Tras salir, Juana habría cogido un cuchillo y le habría amenazado con clavárselo ella para decir que era él, según su relato.

La víctima llamó a la Policía para denunciar que estaba siendo agredida y los agentes se personaron en el domicilio de la calle Boldano. Finalmente, la Policía se marchó. A continuación, el detenido hizo las maletas en el cuarto para marcharse de casa y al salir, extendió el brazo para apartar a la víctima y ésta cayó.

"Vi que continuaba en el suelo con los ojos abiertos. Me percaté de que estaba muerta. Me asuste", manifestó a la jueza. Fue entonces cuando decidió cortarla en dos con un cuchillo. La metió en dos maletas y la llevó a 90 kilómetros, a Navalacruz. Cerca de su finca, excavó con un azadón dos hoyos y metió los restos.

Al volver a Madrid, tiró las maletas a un contenedor de la calle Alcalá y escribió una nota a Sergio, el hijo de Juana, en el que manifestaba que su madre se había ido después de ingerir bastantes pastillas.

Según consta en el sumario, Jesús presentó en la madrugada del 24 de febrero de 2003 una denuncia falsa en la Comisaría de la Policía Nacional de Carabanchel en la que hacía referencia a unas supuestas agresiones físicas y lesiones a manos de Juana en el transcurso de dicha discusión tras la que ella desaparece.

Dos días antes, uno de los hijos de la mujer encontró una nota redactada por la pareja de su madre, que le indicaba que habían tenido una fuerte discusión y que ella había salido corriendo y no había logrado encontrarla.

Según las diligencias, Jesús siempre ocultó a sus familiares y a su actual pareja las supuestas agresiones que sufrió y se limitó a comentar que la denuncia era por haberle sustraído supuestamente Juana unos 700 euros, que incluso llegó a reclamar a su hijo.