Crónica Madrid.

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Ortega Smith denuncia que Sánchez incita protestas que llevan a la cancelación de La Vuelta.

Ortega Smith denuncia que Sánchez incita protestas que llevan a la cancelación de La Vuelta.

En Madrid, el 14 de septiembre, Javier Ortega Smith, portavoz del partido Vox en el Ayuntamiento, ha expresado su más enérgico rechazo hacia las declaraciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien acusa de "incitar" a las protestas a favor de Palestina, las cuales han desencadenado la suspensión de la última etapa de La Vuelta Ciclista a España en la capital.

Ortega Smith ha calificado como "inaceptable" lo ocurrido en Madrid, enfatizando la responsabilidad que, a su juicio, tienen tanto Sánchez como el delegado del Gobierno en la región, Francisco Martín, en este episodio lamentable. Según él, estas actitudes sólo fomentan el desorden y la violencia, reflejando un rencor hacia actividades deportivas que deberían unir a las personas.

En sus declaraciones, el portavoz de Vox mostró su apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, instándolas a responder con firmeza ante la situación que ocurrió minutos antes de que se hiciera oficial la cancelación del evento. Ortega Smith pidió que no se permitiera ningún tipo de boicot a la última etapa de La Vuelta, defendiendo el derecho a llevar a cabo estos eventos sin interferencias.

El representante de Vox argumentó que, de haber estado en sus manos, las manifestaciones deberían haber sido restringidas a una distancia considerable del recorrido de la carrera, advirtiendo que las movilizaciones organizadas por la extrema izquierda suelen tener como objetivo coaccionar a aquellos que ejercen su libertad de manera pacífica.

Los disturbios iniciaron cuando un grupo de manifestantes ocupó varias áreas del trayecto de la etapa final de la Vuelta, lo que provocó serios altercados. Las fuerzas de policía antidisturbios de Madrid tuvieron que desplegar cargas para enfrentarse a los manifestantes, quienes lanzaron vallas y botellas en el Paseo del Prado, mientras el pelotón ciclista intentaba ingresar a la ciudad.

Como resultado de las protestas, los ciclistas se vieron obligados a detenerse antes de entrar a Madrid, lo que generó una situación de tensión en la que, tras varios intentos de continuar, el pelotón tuvo que despedirse de la carrera. Finalmente, la organización tomó la decisión de cancelar la etapa, permitiendo que los corredores se bajaran de sus bicicletas y se trasladaran a los vehículos de sus equipos, dejando un evento marcado por la fragmentación social.