El proyecto de soterramiento de la A-5 avanza a buen ritmo, con la intención de cambiar el flujo del tráfico hacia el sentido opuesto. Esta afirmación fue realizada el pasado lunes por Borja Carabante, el delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad.

Durante una conversación con los medios en la antigua fábrica de Clesa, Carabante destacó que las obras están cumpliendo con el cronograma establecido. Anunció que los trabajos en la dirección de entrada a la capital comenzarán a finales de este año, una fase esperada por muchos.

El delegado también expresó su agradecimiento a todas las administraciones involucradas, incluyendo el Gobierno central, que ha apoyado reforzando el servicio de Cercanías hasta la estación de Cuatro Vientos. Esta colaboración resulta fundamental para mejorar la movilidad en la zona.

En cuanto al impacto de las obras, Carabante no ocultó las incomodidades que este tipo de proyectos suelen causar. Reconoció que la reducción de capacidad y los cortes de tráfico son inevitables durante la ejecución de las obras, lo cual es comprensible ante la magnitud de la intervención.

Con respecto a los planes futuros, el delegado reveló que, para finales de año, se comenzará a trabajar en la dirección de entrada a Madrid, facilitando así un cambio progresivo en el flujo del tráfico. La instalación de pilotes será una de las actividades clave en esta fase del proyecto, lo que permitirá avanzar en el proyecto de forma ordenada.

La ambición es que las excavaciones del túnel se completen a tiempo, contemplando que los vehículos puedan empezar a circular por él en noviembre de 2026. Un logro que transformará no solo la infraestructura de la zona, sino también la calidad del tráfico en la región.