Crónica Madrid.

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Los restos de Primo de Rivera abandonan el Valle de los Caídos rumbo al cementerio de San Isidro.

Los restos de Primo de Rivera abandonan el Valle de los Caídos rumbo al cementerio de San Isidro.

Los restos mortales de José Antonio Primo de Rivera han sido trasladados este lunes desde el Valle de los Caídos al cementerio de San Isidro, en Madrid. El traslado se produjo después de un acuerdo entre la familia y el Gobierno, y fue recibido por un pequeño grupo de falangistas con gritos de “¡Viva España!” y “¡José Antonio, presente!”. La exhumación se llevó a cabo en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática, que prohíbe la inhumación de dirigentes del franquismo en lugares preeminentes de acceso público que puedan favorecer la realización de actos públicos de exaltación.

La tumba de Primo de Rivera se encontraba frente al altar mayor de la basílica del Valle de los Caídos, junto a la del dictador Francisco Franco, hasta que fue exhumado en octubre de 2019. Según la ley de Memoria, podía seguir inhumado allí como víctima de la guerra, ya que fue fusilado por el bando republicano en 1936, pero no en un lugar preeminente.

El fundador de Falange fue trasladado en varios vehículos fúnebres, y su destino final fue el cementerio sacramental de San Isidro, donde reposan los restos mortales de varios familiares, como su hermano Miguel Primo de Rivera y Sáenz de Heredia, que fue ministro con Franco. También está enterrado allí su hermana Pilar Primo de Rivera, fundadora de la Sección Femenina de Falange, y su tío Fernando Primo de Rivera y Orbaneja, hermano del dictador que murió en Marruecos durante la Guerra del Rif.

La exhumación de Primo de Rivera fue criticada por grupos falangistas, ya que este lunes, 24 de abril, se cumplen 120 años de su nacimiento. Está previsto que miembros de estos partidos se concentren al mediodía en el cementerio de San Isidro para realizar un homenaje. Además, esta mañana han aparecido pancartas en puentes de Madrid en recuerdo del aniversario y protestando por la “profanación” de su tumba, según informan desde el movimiento falangista.

Este será el quinto entierro del fundador de Falange, que fue fusilado en la cárcel de Alicante en 1936 y enterrado en una fosa común. Dos años después, sus restos mortales se colocaron en un nicho en el mismo lugar. Una vez finalizada la Guerra Civil, en 1939, fue exhumado de nuevo y llevado desde Alicante hasta El Escorial. Su ataúd fue acarreado a pie por falangistas durante 10 días y pasó por Aranjuez y la Gran Vía de Madrid hasta entrar en el monasterio de El Escorial el 30 de noviembre de 1939, donde fue recibido por Franco y enterrado junto al altar mayor de la basílica. En noviembre de 1959, cambió otra vez de ubicación, el día antes de que se inaugurase el Valle de los Caídos, y quedó enterrado en un lugar de honor en la basílica de Cuelgamuros.