La primera Cabalgata de Reyes "oficial" de Madrid: financiación colectiva, artistas del Price y un periódico detrás del evento.
El pasado 5 de enero, la Comunidad de Madrid vibró una vez más con la llegada de los Reyes Magos, un evento que ilumina los corazones de grandes y pequeños, marcando el inicio de la festividad. Su Majestad, Melchor, Gaspar y Baltasar, recorrieron las calles de la capital, festivamente ataviados, mientras recibían las llaves mágicas que les permitirán dejar bajo el árbol de Navidad los anhelados regalos, en lo que es considerada la noche más especial del año.
La tradición de la Cabalgata de Reyes se remonta a 1866, cuando se celebró por primera vez en la localidad alicantina de Alcoi. Sin embargo, fue en 1928 cuando Madrid, la capital de España, disfrutó de su primera cabalgata "oficial", un evento que marcó un hito en la celebración navideña de la ciudad. En esta ocasión, la efeméride conmemoró el esfuerzo del semanal ‘Heraldo de Madrid’, que, junto al respaldo de ciudadanos anónimos, logró organizar un evento inolvidable para los más chicos de la casa.
Información que constan en la Biblioteca Nacional de España revela que la idea original de esta fiesta surgió en las instalaciones del 'Heraldo de Madrid', situadas en la calle Marqués de Cubas. La intención detrás de esta celebración no era otra que regalar a los niños desfavorecidos, quienes, como todos, merecían vivir una auténtica Navidad llena de alegría y juguetes.
Para poder llevar a cabo esta acción benéfica, se organizó una destacada exposición con lotes de juguetes a favor de los niños alojados en el Hospital de La Inclusa. Este noble centro de acogida, ubicado cerca de la Puerta del Sol, dedicaba su labor a brindar refugio a menores abandonados, que habían sido despojados de sus familias y enviados a vivir en un entorno seguro.
En la festividad de Reyes, se llevó a cabo una gran cabalgata que consistió en varios camiones que trasladaron no solo un "árbol de Noel", sino también juguetes hacia La Inclusa y el asilo de San José. Melchor, Gaspar y Baltasar, en un gesto que contrasta con la actual costumbre de repartir caramelos, llevaron consigo una variedad notable de juguetes para deleitar a los jóvenes asistentes, según un relato de la época.
El diario que cubrió el evento detalla que los presentes variaban desde los más lujosos hasta los más humildes: muñecas de delicadas facciones con trajes de seda, caballos de todas las formas y tamaños, casas de muñecas, y una gama de juguetes que prometían horas de diversión a los pequeños. Pero no solo juguetes fueron entregados; los asistentes también recibieron prendas de vestir, ofreciendo así un obsequio integral para todos.
Conforme a lo descrito por el Heraldo el 6 de enero, la comitiva real se puso en marcha puntualmente a las doce desde la plaza del Rey, un área donde en aquellos tiempos estaba ubicado el Circo Price, el cual ha dado paso a la sede del Ministerio de Cultura en la actualidad. El cortejo incluyó no solo a los Reyes, sino también a una serie de batidores municipales en uniforme, la banda de cornetas de la Guardia municipal y alegres heraldos.
El trayecto de la cabalgata atravesó con solemnidad algunas de las arterias más emblemáticas de Madrid, como el paseo del Prado, la ronda de Atocha y la plaza de Cibeles, finalizando su camino en O'Donell. Es interesante destacar que el alcalde de Madrid en esa época, José Manuel Aristizábal, no otorgó el permiso necesario para que el evento tuviera lugar en la Puerta del Sol, limitando así su paso por algunos de los enclaves más centrales de la ciudad.
No obstante, la celebración fue elevada gracias a la participación de payasos del Circo Price, quienes, con sus trajes excéntricos, aportaron un toque de color y alegría al desfile de los Reyes Magos. Antes del reparto de juguetes, el Price ofreció a los asistentes un espectáculo circense que, aunque improvisado, añadió un brillo especial a la jornada navideña.
La cabalgata, considerada la primera "oficial" en la capital, así como la fiesta que la acompaña, fueron inmortalizadas en filmaciones que se estrenaron en los cines más importantes de Madrid, haciendo de este evento un acontecimiento todavía recordado en la memoria colectiva de la ciudad.
Por otro lado, el diario ‘El Heraldo’ resaltó que los juguetes entregados ese día a los 700 niños que asistieron no fueron meramente una donación, sino el resultado de la colaboración entusiasta de varias entidades que se unieron por la noble causa de La Inclusa, prometiendo brindar momentos de felicidad a esos menores. En un claro ejemplo de solidaridad, se lanzó una campaña de donativos, similar a un 'crowdfunding', a fin de seguir nutriendo la ilusión de esos pequeños anhelantes de alegría.
Es pertinente darse cuenta de que la información que contamos es escasa, pero al consultar estudios como "Una estimación del coste de vida en España (1861-1936)" realizado por la profesora Esmeralda Ballesteros, se revela que las 2.580 pesetas recaudadas equivalían a un poder adquisitivo significativo, capaz de comprar hasta 4.691 litros de leche o 172 pares de zapatos por mencionar solo algunos ejemplos, evidenciando la carga simbólica y real que tienen estas donaciones en el enriquecimiento de la navidad de los niños menos favorecidos.
Tags:
Categoría:
Newsletter
Entérate de las últimas noticias cómodamente desde tu mail.