
La Policía Nacional ha anunciado una nueva intervención en el área de Carranque, en Toledo, donde se sospecha que pueden encontrarse los restos de Heidy Paz, la joven que perdió la vida en agosto de 2018 a manos de César Román. Según fuentes de la investigación, se utilizará un equipo del Grupo Operativo de Inspecciones Técnicas (GOIT) junto con perros adiestrados para rastrear la zona.
La decisión de llevar a cabo esta inspección se ha tomado después de que se hayan recibido nuevas indicaciones sobre la posible ubicación de los restos. No obstante, la intervención se realizará cuando las condiciones climáticas mejoren, y tendrá lugar de manera oficiosa, ya que se busca verificar la información contenida en una carta enviada por el conocido como 'El Rey del Cachopo'.
Ayer, la Audiencia Provincial de Madrid instruyó a la defensa de Román para que comunicara a las autoridades policiales la nueva información sobre el paradero de la víctima. En un documento al que tuvo acceso Europa Press, los jueces indicaron que no tenían competencia en este asunto, ya que su única función es ejecutar la sentencia que lo condenó.
Los magistrados instaron a la representación legal de Román a informar a las autoridades sobre las nuevas declaraciones, las cuales son consideradas "incompatibles" con las pruebas presentadas durante el juicio por el homicidio, y parecen tener como objetivo generar atención mediática.
Recientemente, Román reveló en una carta que no fue él quien desmembró el cuerpo de Heidy, sino un familiar suyo, un médico forense fallecido al que consultó tras descubrir el cuerpo sin vida de la joven en uno de sus locales en Usera.
El año pasado, Román admitió por primera vez su implicación en el asesinato de Heidy Paz, cuyo torso fue encontrado en una de sus propiedades. En un mensaje dirigido a la familia, expresó su arrepentimiento por lo sucedido.
En su carta, Román describió que la muerte de Heidy ocurrió durante una "absurda discusión" relacionada con cuestiones económicas. Según su versión, la joven habría tomado una pistola y en su intento de quitársela, el arma se disparó accidentalmente, resultando en su muerte instantánea de un tiro en la cabeza.
Román también manifestó su deseo de facilitar la ubicación de los restos que aún no han sido encontrados para que la familia pueda cerrar este capítulo doloroso. Según sus afirmaciones, contactó a su tío difunto para pedirle ayuda médica tras darse cuenta de lo ocurrido.
El autor del crimen reconoció que ambos decidieron encubrir el hecho, deshaciéndose tanto del arma como del cadáver, mientras él intentaba mantener una vida normal.
Ambos hombres habían acordado que los restos serían enterrados en un área en Carranque, localidad natal de Miguel, donde habían pasado tiempo juntos desde su infancia.
Describió el lugar como conocido como Las Cárcavas, cerca de un parque arqueológico y a unos 500 metros de un aparcamiento, dando detalles sobre su posición en relación a un merendero y un arroyo seco.
A pesar de esto, admitió no conocer la ubicación exacta ya que no estuvo presente en el entierro. Su carta incluía un mapa de la zona, con la intención de facilitar la búsqueda de los restos y mostró su disposición para proporcionar más información que contribuya a su localización.
Por último, en su misiva, Román reiteró sus disculpas a la familia de Heidy, afirmando que asumía toda la responsabilidad por sus acciones y sus consecuencias. En diciembre de 2022, el Tribunal Supremo confirmó su condena a 15 años de prisión por el homicidio, basándose en un análisis de ADN que vinculó el torso hallado en su propiedad con la víctima.
La Justicia determinó que César cometió el asesinato en la madrugada del 5 de agosto de 2018 en un apartamento que había alquilado en Vallecas. Durante este tiempo, Román había sostenido que existía una mafia policial detrás del crimen y sugerido que su expareja estaba involucrada en el tráfico de drogas, un relato que ahora parece desmentir con sus declaraciones recientes.
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