En el contexto del Domingo de Ramos, la Semana Santa en Madrid ha sido marcada por la inclemencia del tiempo, lo que ha llevado a la suspensión de algunas de sus emblemáticas procesiones. La procesión del Silencio, que tenía prevista su salida desde la Iglesia del Santísimo Cristo de la Fe, ha sido cancelada como medida preventiva ante la amenaza de lluvia.

La Hermandad del Silencio tomó la difícil decisión de suspender la llegada de la imagen de Nuestro Padre Jesús del Perdón, obra de Víctor González Gil, para salvaguardar tanto el patrimonio artístico como la seguridad de los asistentes. Este evento, que suele generar una gran afluencia de devotos, no se realizará este año en condiciones climáticas desfavorables.

Por otro lado, la tradicional procesión de La Borriquita ha tenido lugar, aunque su recorrido ha sido reducido en respuesta a las previsiones meteorológicas. Organizada por la Muy Ilustre Hermandad Sacramental y Penitencial, esta procesión partió de la Catedral de la Almudena, donde comenzó su estación de penitencia, aunque de manera más breve de lo habitual.

Las imágenes de Nuestro Padre Jesús del Amor y María Santísima de la Anunciación, esta última haciendo su debut en esta celebración, han logrado salir, a pesar de que las lluvias llevaron a los organizadores a modificar su itinerario. El evento concluirá en la Parroquia de San Ildefonso, aunque la lluvia ha hecho que su trayecto sea menos extenso que en años anteriores.

La procesión del Santísimo Cristo de la Fe y la Salud también ha tenido su lugar en este Domingo de Ramos, partiendo desde el Hospital Niño Jesús. Este acto es especialmente significativo, ya que incluye la imposición de medallas a los jóvenes pacientes del hospital, reafirmando así la conexión de la tradición con la comunidad.

Finalmente, la procesión de Los Estudiantes ha continuado en medio de las dificultades climáticas. Partiendo de la basílica pontificia de San Miguel, el cortejo ha recorrido las calles aledañas con las imágenes del Santísimo Cristo de la Fe y del Perdón, además de la Virgen María, en un acto que ha estado marcado por la devoción y el compromiso de los nazarenos, que han desafiado la lluvia para mantener viva la esencia de la Semana Santa en Madrid.