
En Madrid, se han tomado decisiones significativas para revitalizar un emblemático patrimonio cultural. Canal de Isabel II ha anunciado la eliminación del cercado que actualmente limita el acceso a la Fuente del Río Lozoya, ubicada en la calle Bravo Murillo. Esta fuente mural, que adorna la fachada lateral del Primer Depósito de Canal de Isabel II, ha sido comparada con la famosa Fontana di Trevi de Roma, y su apertura promete ofrecer a los madrileños y visitantes un nuevo espacio de recreo.
La realización de este proyecto ha sido confiada a la empresa Tragsa, encargada de llevar a cabo las obras necesarias para reactivar el acceso urbanístico a esta fuente y su entorno directo. Actualmente, la fuente ornamental ha estado cerrada al público, restringida dentro de las instalaciones del depósito histórico y en parte oculta a los transeúntes.
El objetivo de esta intervención es revalorizar este símbolo de la capital, creando una zona de esparcimiento que permita disfrutar plenamente de la fuente y su contexto. Esto no solo permitirá dar a conocer este espacio, sino también destacará la importancia de la conservación del Patrimonio Histórico Artístico de Madrid.
La obra, que se prevé concluir antes del 30 de junio, tendrá un coste de 209.327,91 euros, según se detalla en el contrato firmado por Canal de Isabel II. La intervención se centrará en transformar el área adyacente a la fuente de un espacio privado a uno público, facilitando así el acceso a todos los ciudadanos sin modificar la estructura original del monumento.
Situada en el número 49 de la calle Bravo Murillo, en el barrio de Vallehermoso, esta fuente neoclásica fue inaugurada en 1858 y forma parte del primer depósito de agua del Canal de Isabel II, construido en 1854. La fuente es un recuerdo histórico que fue diseñada por el ingeniero Juan de Ribera Piferrer como un arco de triunfo clásico, donde el río Lozoya es representado por una figura central esculpida en piedra.
La representación del río Lozoya, esculpida por Sabino de Medina Peñas, ocupa la hornacina central y es acompañada por imágenes que representan la Agricultura y la Industria, realizadas por los escultores Andrés Rodríguez y José Pagniucci Zúmel, respectivamente. Esta construcción, con elementos característicos del estilo neoclásico, también incluye un pilón semicircular donde se recogen las aguas que fluyen desde la figura central.
El surtidor principal proyecta agua de una tinaja, creando un efecto de cascada que rememora las tradicionales fuentes barrocas europeas. La fuente fue objeto de limpieza en 1992 y restauración en 2000, lo cual demuestra el compromiso con la conservación de este monumento.
Cabe recordar que este primer depósito del Canal de Isabel II fue inaugurado en 1858 y dejó de operar en 1894 debido a problemas de filtraciones. A partir de la década de los 90, una parte del edificio fue rehabilitada para albergar el Archivo Central del Canal, contribuyendo así a la preservación de la memoria histórica de la ciudad.
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