En una trágica situación que pone de relieve las dificultades de la vida moderna, la Policía de Madrid ha encontrado el cuerpo sin vida de un hombre de aproximadamente 70 años en su hogar, en el distrito de Arganzuela. Este hallazgo, que tuvo lugar el martes, revela la soledad en la que vivía la víctima, quien había fallecido a inicios de mes. Su perro, un pastor alemán llamado Rocky, había comenzado a alimentarse de él.

Los hechos se desarrollaron en un edificio de la calle Divino Valdés, en el barrio de Delicias, donde el difunto, identificado como Antonio, llevaba una existencia aislada y no mantenía contacto frequente con su familia. La alerta fue dada por los vecinos, que oyeron los lamentos continuos del perro y notaron la acumulación de excrementos en el patio interior.

Según algunos vecinos, Antonio era una figura conocida en la zona, frecuentando bares locales, como uno situado en la calle Jaime el Conquistador, donde había estado ausente durante varios días. Fue un residente del edificio quien, preocupado por la situación, contactó al servicio de emergencia 112 al sospechar que algo andaba mal. Los bomberos tuvieron que forzar una entrada a la vivienda al cortar la reja de una ventana.

Al acceder al interior del apartamento, las autoridades confirmaron que el cuerpo del hombre mostraba signos de haber sido parcialmente consumido por el perro. Se determinó que la causa de la muerte había sido natural, por lo que se descartó la necesidad de investigar un posible crimen.

El perro, que había sobrevivido alimentándose de su dueño y bebiendo agua recogida en el patio, ha sido trasladado a un centro de protección animal. Testigos cercanos a Antonio sostienen que en los últimos meses había mostrado un deterioro evidente de su salud, encontrándose cada vez más débil y enfermo.