
En un operativo policial llevado a cabo en la calle Zurita 31 del barrio de Lavapiés en Madrid, un hombre fue detenido tras colgarse en un patio de vecinos amenazando con lanzarse al vacío si se procedía con el desahucio de una familia. La familia, compuesta por una mujer de origen marroquí, su esposo y su hijo de 8 años, se encuentra en situación de vulnerabilidad, según denunció el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid.
Este fue el tercer intento de desalojo que debían enfrentar, y como medida de presión, uno de los activistas se colgó en el vacío del patio con la intención de que si intentaban ingresar a la vivienda, se activara un mecanismo que lo haría caer al suelo desde una altura peligrosa.
Ante esta situación, un fuerte despliegue de agentes de la Policía Municipal y los Bomberos del Ayuntamiento de Madrid se llevó a cabo en el lugar, cortando la calle y logrando finalmente descolgar al activista. A pesar de las resistencias, la comisión judicial logró ejecutar el desahucio con el apoyo de la policía.
Tras el desalojo, la familia recibió una solución habitacional gracias a los trabajadores del Samur Social, ofreciéndoles alquiler temporal en un piso compartido en Vallecas. Este nuevo hogar está en mejores condiciones que el anterior, que presentaba problemas graves como humedades, techos en mal estado y plagas de insectos.
Desde el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid, se criticó la falta de respuesta por parte de las instituciones frente a casos de vulnerabilidad como el de Zohra, y se llamó a la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, a tomar cartas en el asunto. La lucha por el derecho a la vivienda digna continúa en medio de estas situaciones cada vez más frecuentes en la capital española.
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