
En la capital española, el emblemático monumento dedicado al ilustre pintor Diego Velázquez se someterá a un proceso de restauración que culminará a mediados de septiembre. Se espera que, tras varias semanas de trabajo, la escultura vuelva a brillar con el esplendor que ostentaba en su inauguración en 1899, cuando fue instalada frente al prestigioso Museo del Prado.
La pieza, creada por el escultor Aniceto Marinas, lleva casi 130 años como guardián del museo, y su limpieza forma parte de un plan más amplio de conservación de monumentos gestionado por el Ayuntamiento de Madrid. Así lo indicó Marta Rivera de la Cruz, delegada de Cultura, Turismo y Deportes, quien realizó la declaración el martes ante los medios de comunicación.
La restauración de la estatua está siendo financiada con una inversión cercana a 28.000 euros provenientes de fondos municipales. Antes de iniciar los trabajos, se llevó a cabo un exhaustivo análisis de los materiales originales de la obra, lo que permitió identificar su composición y seleccionar los productos más adecuados para su conservación y reinstauración sin comprometer la integridad del material original.
Según Rivera de la Cruz, la escultura se encuentra en un estado relativamente bueno. Afirmó que, a diferencia de otros monumentos en la ciudad, no presenta un deterioro significativo causado por excrementos de aves, un problema común en Madrid. “Es fundamental realizar este tipo de mantenimiento”, enfatizó la delegada.
El trabajo de restauración incluye tanto la conservación del grupo escultórico de bronce como del pedestal de piedra caliza y la base de granito. Estos elementos han sufrido el desgaste del tiempo y la intemperie. Durante el proceso, la zona de intervención estará debidamente cercada y cubierta con una lona que exhibirá imágenes del monumento para no alterar la experiencia de los visitantes.
Gema Sanz, jefa de la Unidad de Intervención de Monumentos, explicó que la restauración se llevará a cabo bajo los criterios del proyecto Coremans del Instituto del Patrimonio Cultural de España, utilizados en otras intervenciones municipales previas.
Un dato interesante que mencionó Sanz es que el granito utilizado para la base fue extraído de la Sierra de Guadarrama. Además, la erosión y el paso del tiempo han generado fricciones verdes en la base, resultado de la interacción con los óxidos del bronce. Antes del inicio de la restauración, se observaron signos de carbonataciones, líquenes e incluso algas sobre la escultura.
El primer paso de la restauración consistirá en una limpieza en seco y se seguirá con una limpieza más profunda, teniendo cuidado de preservar los acabados originales. Se eliminarán los restos de oxidación y se aplicarán tratamientos para prevenir la aparición de óxidos. Al finalizar, se sellará la escultura con un barniz protector específico para metales.
Un equipo de cinco restauradores está trabajando en este proyecto, con uno dedicado exclusivamente a la limpieza minuciosa utilizando isopos y etanol, como destacó Sanz, quien describió este proceso como meticuloso y lento.
En cuanto al pedestal de piedra caliza, se realizarán ajustes para tratar las manchas y desgastes provocados por el bronce, además de limpiar las juntas de manera manual y aplicar un mortero de cal entonado. Se prevé también la reconstrucción de pequeñas secciones que se habían perdido o habían sido mal intervenidas, además de aplicar un tratamiento hidrófugo.
El granito de la base también recibirá un tratamiento similar, que incluirá la limpieza de organismos biológicos, así como el picado y rejuntado de juntas con mortero de cal, finalizarizando con un producto hidrofugante.
Para Sanz, uno de los objetivos de esta restauración es que los ciudadanos puedan reestablecer su conexión con el legado de Velázquez. "Cada día veo a gente haciéndose fotos con él, es un símbolo que conecta a la gente con el arte", afirmó, subrayando la importancia cultural del monumento.
La obra se levantó por iniciativa del Círculo de Bellas Artes y es considerada una de las más queridas de Madrid. Su inauguración en 1899 coincidió con el tercer centenario del nacimiento de Velázquez, y fue un evento que atrajo la atención del rey Alfonso XIII y la reina regente María Cristina de Austria. A lo largo de los años, el pedestal ha sufrido algunas alteraciones, incluyendo la eliminación de los adornos en forma de ramas de laurel que originalmente decoraban las pilastras.
“Esta escultura tiene un valor incalculable para mí, y aunque todos los monumentos reciben atención, creo que es esencial conservar bien este, dado el flujo constante de visitantes y la cantidad de fotos que se toman junto al Museo del Prado”, concluyó Gema Sanz.
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