En un giro inesperado en el ámbito del escándalo político y judicial, el juez Adolfo Carretero ha decidido reabrir la investigación en contra del ex diputado Íñigo Errejón, quien enfrenta acusaciones de agresión sexual formuladas por la actriz Elisa Mouliaá. Ambos están convocados a comparecer ante el juzgado el próximo 16 de enero, una situación que ciertamente atraerá la atención mediática y pública, dado el perfil de los implicados.

Fuentes del ámbito jurídico han confirmado a Europa Press que el Juzgado de Instrucción 47 de Madrid ha hecho caso al recurso de reforma presentado tanto por la Fiscalía como por la defensa de Errejón. Esta comparecencia se desarrollará a las 12.30 horas para el ex diputado, mientras que Mouliaá será la primera en declarar, a las 11.00 horas, lo que marca un inicio de un proceso que había sido momentáneamente suspendido.

Los mismos informantes han mencionado que la decisión del juez incluye el levantamiento de la suspensión de los procedimientos asociados a esta causa, aunque también se ha decidido no admitir la personación de la actriz como denunciante, un aspecto que podría complicar el desarrollo de las actuaciones judiciales.

La controversia dio inicio el pasado mes de noviembre, cuando el magistrado se vio forzado a archivar el caso mientras la abogada de la actriz estaba de baja médica. En esa primera instancia, el juez argumentó que Mouliaá había rechazado designar a otro abogado en quien confiar, lo que llevó a la inevitable suspensión del procedimiento ante la falta de acción de la denunciante.

Los detalles de la denuncia, que ya han tenido eco en diversos medios, indican que los acontecimientos se remontan a una noche de finales de septiembre de 2021. Según Mouliaá, después de casi un año de comunicación a través de redes sociales, Errejón la invitó a la presentación de su libro, lo que llevó a una posterior salida donde finalmente ella lo invitó a un evento que ya había programado.

La actriz afirma que, tras el evento, al dirigirse a un bar cercano para tomar unas cervezas, Errejón empezó a mostrar un comportamiento dominante. En su relato, Mouliaá detalla que, ya en el automóvil, el ex diputado la habría sujetado fuertemente de la cintura y la besó con agresividad, dejándola sin aliento, lo que marca un cambio drástico en el ambiente que se había establecido entre ellos.

Según Mouliaá, en la celebración a la que asistieron, Errejón la llevó por la fuerza a una habitación donde ocurrieron tocamientos no consentidos. En su testimonio, menciona que Errejón retiró su sujetador y realizó comentarios lascivos, empujándola sobre la cama y realizando tocamientos que desencadenaron su incomodidad y malestar.

“Paralizada”, describe Mouliaá, fue en ese momento cuando le expresó su deseo de seguir en la fiesta, solo para recibir de Errejón la condición de que ambos debían abandonar el lugar juntos en cortos minutos. Después de un tiempo adicional en la fiesta, la pareja se trasladó rápidamente hacia el domicilio del ex político, donde, según la denuncia, Errejón reanudó su comportamiento inapropiado sin mediar palabra alguna.

A pesar de la incomodidad de Mouliaá, quien manifestó que el comportamiento de Errejón le resultaba violento, el ex diputado aparentemente continuó con los actos requeridos, llevando la situación a un clímax que ella sintetizó en una afirmación sobre la necesidad de un consentimiento claro en las relaciones, remarcando el absurdo de su situación dada la persona involucrada.

Las implicaciones legales de los hechos denunciados, que fueron anunciados oficialmente el 24 de octubre ante la Unidad de Familia y Mujer de la Policía Nacional (UFAM), sugieren que podrían configurarse como un delito de agresión sexual, un cargo que conlleva penas que oscilan entre uno y cinco años de prisión. Este caso, que refleja la compleja intersección entre la política y las relaciones personales, promete seguir siendo objeto de intenso escrutinio mediático y público en los próximos meses.