Una reciente investigación ha revelado una preocupante actividad relacionada con el tráfico de drogas, específicamente la detección de múltiples remesas de estupefacientes que llegaban a Madrid-Barajas, así como a otros aeropuertos en Europa.
MADRID, 19 Nov. - En un operativo coordinado entre la Policía Nacional de España, la Polícia Judiciária de Portugal y EUROPOL, se ha logrado desmantelar a una notoria organización criminal apodada los "narcos del cielo". Esta agrupación estaba implicada en la planificación para introducir grandes cantidades de cocaína en Europa mediante el uso de aviones privados, financiados por empresarios de origen chino.
La operación resultó en la detención de 25 individuos, de los cuales 19 fueron arrestados en España y seis en Portugal. Según la información brindada por la Policía Nacional a través de un comunicado, se ejecutaron arrestos en ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao, Cuenca y Plasencia, con 16 de los detenidos trasladados a prisión preventiva sin posibilidad de fianza.
La organización se caracteriza por ser "altamente especializada en la introducción de alijos de cocaína a Europa". Utilizaba aviones privados alquilados y contaba con una red de contactos que facilitaba el envío y recepción de los cargamentos de drogas.
Para financiar sus operaciones ilícitas, el grupo criminal recurría a empresarios chinos, conocidos en el argot como 'hawalers', quienes poseían la capacidad económica necesaria y operaban a nivel global, realizando compensaciones de créditos fuera del ámbito del sistema financiero legítimo.
Como resultado de la investigación, se han confiscado 460 kilos de cocaína, un arma de fuego, más de 500.000 euros en efectivo, 18 vehículos y 45 dispositivos móviles, muchos de ellos encriptados. Además, se han bloqueado ocho propiedades valoradas en más de 1.650.000 euros y se han congelado 80 cuentas bancarias con un saldo total de 660.000 euros.
Las indagaciones comenzaron en junio de 2023, fruto de una colaboración entre la Policía Nacional y la DEA estadounidense. Se centraron en un ciudadano colombiano que residía en Madrid y que, según se indica, lideraba esta significativa organización criminal que se dedicaba a la importación de grandes volúmenes de cocaína.
Los primeros pasos de la investigación apuntaron a una cafetería en La Moraleja, Madrid, considerada "la oficina" por los miembros de la organización, donde se llevaban a cabo numerosas reuniones.
Tras varios meses de seguimiento, las autoridades confirmaron que la organización tenía acceso a diversos aeropuertos europeos para la entrada de los cargamentos de droga, incluyendo uno en Beja, Portugal, donde contaban con una estructura robusta que facilitaba sus múltiples desplazamientos al país vecino.
En enero de este año, los agentes obtuvieron información de que se había fletado un primer avión desde Barranquilla, Colombia, hacia el Aeropuerto de Beja, en el que viajaban varios miembros de la organización junto a los pilotos contratados. Sin embargo, a pesar de la preparación, el avión no logró cargar la cocaína en Barranquilla, lo que generó pérdidas económicas a la organización que superaban los 500.000 euros.
Ante la situación, los miembros de la organización optaron por emprender operaciones de menor escala, evitando así un alto costo; iniciaron envíos de maletas con cocaína desde diferentes países hacia el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
No obstante, los operativos de los agentes lograron interceptar cuatro envíos en septiembre de 2023 (con 16,5 kilos de cocaína), en marzo de 2024 (31 kilos de cocaína), en abril de 2024 (60 kilos de cocaína) y en septiembre de 2024 (20 kilos de estupefaciente).
Adicionalmente, en mayo, la organización intentó enviar un contenedor de aguacates desde Perú hacia el Puerto de Barcelona, que contenía 344 kilos de cocaína ocultos en su interior. Sin embargo, los agentes pudieron interceptar el contenedor antes de que llegara a manos del grupo delictivo.
En un segundo intento realizado en junio de 2024, los involucrados intentaron transportar la droga en un avión privado. Con financiación proveniente de inversores de México, la organización fletó un avión desde Johannesburgo, Sudáfrica, hacia la República Dominicana, donde debían cargar la cocaína para luego dirigirse al Reino Unido. Sin embargo, problemas logísticos volvieron a frustrar sus planes, impidiendo la carga del estupefaciente una vez más.
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