El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, ha demandado un enfoque responsable y serio en la gestión de la seguridad, mientras critica la tendencia a sembrar el miedo entre la población por parte de algunos colaboradores del Ejecutivo regional.

En su reciente correspondencia, Martín dirigió sus palabras a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y al consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, tras la manifestación de preocupación de este último sobre la violencia en la capital. Ofreció una reunión para debatir la situación de seguridad en la región.

En su comunicación, el delegado insistió en la importancia de abordar la seguridad ciudadana y manifestó su deseo de colaborar con otros entes del gobierno. Reconoció la falta de rigor en el tratamiento de la información sobre hechos violentos y advirtió sobre las repercusiones que dicha actitud podría traer consigo.

Martín enfatizó que la protección de los ciudadanos debe ser una prioridad, reclamando lealtad y cooperación entre todas las administraciones. A su juicio, el enfoque resquebrajado que ha tomado el Gobierno regional en sus relaciones institucionales solo contribuye a complicar el ya complejo panorama de la seguridad.

El delegado se hizo eco de los recientes incidentes provocados por una figura clave en el Consejo de Gobierno, sugiriendo que Ayuso no podía ignorar lo sucedido. Manifestó su disposición a trabajar en conjunto para abordar estos temas críticos.

El pasado 14 de abril, Novillo había rechazado una propuesta de Martín para discutir asuntos de interés común, una decisión que el delegado condenó como un quiebre unidireccional del flujo de trabajo previamente acordado en materia de seguridad.

Martín defendió la profesionalidad de las fuerzas de seguridad, destacando su dedicación constante para garantizar la tranquilidad ciudadana sin necesidad de instrucciones específicas. Señaló que los niveles de criminalidad en Madrid se encuentran en su punto más bajo en años, abogando por continuar estos progresos a pesar de los intentos de provocar alarma.

El delegado subrayó la necesidad de una gestión seria y discreta en cuanto a los asuntos de seguridad, rechazando la actitud alarmista del consejero y sugiriendo que este comportamiento responde a un interés mediático y personal más que a un verdadero compromiso con la seguridad de los madrileños.

Por último, instó a Novillo a reconsiderar su postura y a dirigirse a él en caso de que sus preocupaciones fueran genuinas, recordándole que la colaboración debería ser la norma y no la excepción en el ámbito de la seguridad pública.