El presunto autor de la violación a una joven estadounidense en la discoteca Kapital ha sido puesto en libertad provisional con medidas cautelares luego de comparecer ante la jueza encargada del caso tras su localización por parte de la Policía Nacional. El hombre, de nacionalidad argentina, estaba siendo buscado por orden del juzgado, pero la víctima logró quitarle al agresor su tarjeta de identificación. Después de ser encontrado, el investigado declaró ante la jueza, quien tuvo que suspender una rueda de reconocimiento.
En su declaración, el investigado negó los hechos y afirmó que estuvo en un bar hasta altas horas de la madrugada sin recordar lo que hizo después. Además, mencionó que había perdido su documentación dos meses antes en Lavapiés.
En un auto al que tuvo acceso Europa Press, la jueza impuso al investigado la obligación de comparecer semanalmente en el Juzgado, así como la prohibición de abandonar el territorio nacional con la retirada de su pasaporte y se le impuso una orden de alejamiento.
La víctima, representada por la abogada Beatriz Uriarte del despacho penalista Ospina Abogados, ratificó su denuncia hace unas semanas y relató a la jueza lo que considera el peor episodio de su vida durante su primer fin de semana en Madrid.
La Policía sospecha que la chica sufrió una agresión sexual producto de una sumisión química después de haber sido drogada en los reservados de la discoteca. Sus recuerdos son vagos hasta que recobra la conciencia en un automóvil y logra escapar de dos hombres.
Según el relato de la víctima, ella estaba en un reservado de la popular discoteca junto a tres amigas. En un momento de la noche, le ofrecieron chupitos y poco después comenzó a sentirse mareada.
Alrededor de las cuatro de la mañana, decidió ir al baño y allí un hombre con coleta y pelo canoso la abordó violentamente y la llevó a uno de los baños, donde la violó. Recuerda haber sido interceptada por dos hombres en el garaje, quienes intentaron introducirla a la fuerza en un automóvil rojo, pero ella resistió.
En un intento desesperado por salvarse, la mujer se tiró al suelo siendo arrastrada por estos desconocidos. La agresión dejó sus rodillas ensangrentadas. Los agresores finalmente lograron meterla a la fuerza en el vehículo. Aterrorizada y temiendo por su vida, la víctima les mintió diciendo que su padre era embajador y tenía mucho poder, por lo que acabarían en la cárcel si le hacían daño.
De alguna manera, logró saltar del automóvil en movimiento y llegó a su casa, ubicada en una calle céntrica de la capital. Su compañera de piso la llevó al Hospital de La Paz, donde los médicos emitieron un parte médico por sus lesiones y activaron el protocolo por agresión sexual.
Desde entonces, la joven ha estado recibiendo tratamiento psicológico. "Fue el día que más miedo he sentido en mi vida", comentó durante su declaración.
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