Crónica Madrid.

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Vox afirma que la izquierda desprecia Cuelgamuros por su aversión a la belleza y asegura que los prisioneros deseaban contribuir a su creación.

Vox afirma que la izquierda desprecia Cuelgamuros por su aversión a la belleza y asegura que los prisioneros deseaban contribuir a su creación.

En un reciente debate celebrado en Madrid, el grupo Vox ha criticado duramente a la izquierda por su actitud hacia el Valle de Cuelgamuros, calificándolo como un lugar que despierta un profundo desprecio en aquellos que, según ellos, "odian la belleza". La portavoz adjunta de Vox en el Ayuntamiento, Carla Toscano, argumentó que los prisioneros republicanos que trabajaron en la construcción del monumento lo hicieron bajo condiciones que, a su juicio, no eran tan draconianas como se suele contar.

Toscano defendió que los prisioneros recibían tratamientos similares a los de los trabajadores libres, afirmando que la verdadera amenaza que enfrentaban era la expulsión en lugar de una pena más severa. Explicó que, de ser cierto que el Valle de Cuelgamuros era comparable a campos de concentración como Auschwitz, su mayor temor no habría sido la expulsión, sino el quedarse allí.

El debate giró en torno a una propuesta de Vox para que la Comunidad de Madrid declare al Valle como Bien de Interés Cultural, una iniciativa que fue rechazada con el apoyo unánime de todos los demás grupos presentes. El Partido Popular recordó que no tienen competencias sobre el asunto y la izquierda aprovechó para rendir homenaje a la memoria de quienes habían sido enterrados en el monumento.

La portavoz de Vox no escatimó en críticas, describiendo al actual gobierno como "talibán" y acusándolo de tratar de transformar el Valle en un “museo de propaganda socialcomunista”. Toscano también denunció la supuesta falta de aprecio de la izquierda hacia la reconciliación histórica, argumentando que el monumento fue levantado para honrar a los caídos de ambos bandos de la Guerra Civil.

En un tono acalorado, Toscano denunció que el gobierno está dispuesto a "profanar tumbas y monumentos" para intentar sanar lo que ella percibe como el orgullo herido de quienes no han aceptado la derrota en la guerra. Asimismo, criticó la supresión de la figura del prior benedictino, sugiriendo que tras estos actos se esconde un proyecto para borrar las raíces y la fe de la nación.

La cuestión de la protección del Valle quedó en el aire, con Toscano apuntando que es responsabilidad de la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, brindar esa protección. Sin embargo, un concejal del PP, Carlos Segura, recordó que el Valle es de titularidad estatal y que su protección cultural depende de la legislación vigente en la región.

El PSOE, representado por Soledad Murillo, tomó la palabra para criticar a Toscano por hablar de reconciliación cuando la historia del monumento está marcada por el trabajo forzoso de miles de republicanos. Murillo destacó que la cruz de Cuelgamuros simboliza más que solo una tumba; representa un legado de sufrimiento y atrocidades cometidas durante la dictadura.

Por su parte, Eduardo Rubiño, de Más Madrid, también se unió a las críticas, argumentando que la derecha persiste en honrar las raíces de la dictadura. Afirmó que la defensa del Valle como símbolo es una forma de ignorar el sufrimiento que representa, advirtiendo que permitir que un monumento al terror permanezca sin una interpretación crítica sería una falta de respeto hacia las generaciones futuras.