
El pasado 19 de septiembre, la vicealcaldesa de Madrid, Inma Sanz, salió al paso de las críticas provenientes de la izquierda tras la reinstalación de una placa en homenaje a Francisco Largo Caballero en la Junta Municipal de Chamberí. Sanz calificó la acción como un cumplimiento de lo que ella considera una Ley de Memoria Histórica "profundamente sectaria" y dejó claro que, bajo ningún concepto, se llevará a cabo un homenaje al llamado "Lenin español".
La polémica se intensificó después de que representantes del PSOE y Más Madrid manifestaran su descontento por la falta de un evento público para honrar la figura de Largo Caballero. En respuesta, la vicealcaldesa, también portavoz del ayuntamiento, enfatizó que no se rendirá tributo a alguien que, según sus palabras, se "jactaba" de despreciar la democracia como un valor fundamental y defendía el uso de la violencia con fines políticos. "No θεωremos que sea un referente de nada", afirmó contundentemente.
Sanz defendió la acción del Gobierno local, indicando que la reinstalación de la placa fue un acto legal y apegado a la normativa vigente. "Este es un Ayuntamiento serio que respeta las decisiones judiciales, aunque provengan de una ley que consideramos profundamente sesgada", manifestó la vicealcaldesa desde su posición en Carabanchel, dejando claro que las decisiones se toman dentro de un marco de legalidad y no por impulso de intereses ideológicos.
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