Crónica Madrid.

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PP relaciona manifestaciones en La Vuelta con "violencia extrema": "Son una expresión del PSOE, no de Madrid".

PP relaciona manifestaciones en La Vuelta con

El pasado 16 de septiembre, desde Getafe, el secretario general del Partido Popular de Madrid, Alfonso Serrano, ha hecho un fuerte señalamiento sobre las recientes manifestaciones a favor de Palestina que acompañaron La Vuelta Ciclista, comparándolas con prácticas de violencia callejera como la "kale borroka" y el yihadismo. Serrano subrayó que estos movimientos no representan al conjunto de la sociedad madrileña, sugiriendo que podrían tener vínculos con el PSOE.

En su intervención ante los medios, el líder del PP madrileño criticó con dureza la postura de la izquierda de Madrid y en particular del secretario general del PSPV en la comunidad, Óscar López, quien ha defendido que las protestas reflejan el sentir del pueblo de la capital. Según Serrano, es un error de apreciación claro y contundente.

Serrano afirmó que existen indicios de que algunos de los participantes en estas manifestaciones estaban vinculados a movimientos extremistas, mencionando que la Guardia Civil ha identificado autobuses que llegaron del País Vasco para sumarse a las protestas. Esta información sigue la línea de varios medios que han relacionado a estos grupos con el antisemitismo y otras ideologías radicales asociadas con Irán.

Además, el dirigente del PP lamentó que, en lugar de una respuesta adecuada, tanto la Delegación del Gobierno como el Ministerio del Interior mostraron una actitud de tranquilidad, lo que consideró inaceptable. Criticó específicamente a figuras como el presidente Pedro Sánchez y a Francisco Martín, delegado del Gobierno en Madrid, a quienes acusó de incitar a la desestabilización del evento en lugar de protegerlo.

Asimismo, Serrano rechazó la falta de apoyo público hacia los 22 policías que resultaron heridos durante las manifestaciones. Resaltó que, según la interpretación del propio Gobierno, estos agresores eran personas pacíficas, cuando la realidad fue muy distinta: familias con niños asustados se vieron obligadas a abandonar la zona para escapar de la violencia programada y tolerada por la administración central.