Crónica Madrid.

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La Comunidad lanza 15 proyectos para liderar en biopharma a nivel global.

La Comunidad lanza 15 proyectos para liderar en biopharma a nivel global.

La Comunidad de Madrid se sitúa como un verdadero núcleo de innovación en el sector biofarmacéutico, albergando más de 400 empresas que han generado un impresionante volumen de negocio de 5.100 millones de euros y han creado alrededor de 24.000 puestos de trabajo en la región.

En un acto celebrado este lunes, las autoridades madrileñas han desvelado la Estrategia Sectorial 2025-2028, un ambicioso plan que busca consolidar la región como un líder global en biotecnología y farmacéutica. Esta estrategia contempla 15 proyectos destinados a fortalecer la colaboración entre el sector privado y la administración pública, con el fin de atraer y retener talento altamente cualificado.

Los pilares de esta iniciativa están fundamentados en tres grandes objetivos: el fortalecimiento de la colaboración entre lo público y lo privado, aumentar la retención y atracción de expertos en la materia y posicionarse como un hub internacional de investigación y desarrollo (I+D), aspirando a convertirse en el “Silicon Valley” de la biofarmacia.

Este esfuerzo conjunto ha sido el resultado de la cooperación entre el Gobierno autonómico, Farmaindustria y otras entidades relevantes del sector, a fin de reforzar el papel de Madrid como líder europeo en la industria biofarmacéutica.

Las cifras son elocuentes: un 22% de las empresas biofarmacéuticas del país operan en Madrid, lo que representa el 20% de la facturación nacional y el 42% de las exportaciones de productos farmacéuticos de toda España. Además, la región ha destacado por atraer el 67% de la inversión extranjera en el primer trimestre de 2023.

Rocío Albert, consejera de Economía, y Fátima Matute, consejera de Sanidad, destacaron la relevancia de esta estrategia durante la presentación. Ambas autoridades insistieron en la necesidad de fomentar industrias que no solo impulsan el crecimiento económico, sino que también tienen un impacto significativo en la calidad de vida de los ciudadanos.

“Queremos que más empresas establezcan su sede aquí y que las que ya están se sientan valoradas y seguras en un entorno de libertad y cooperación”, manifestó Matute. “Ya somos un referente en Europa, pero aspiramos a serlo a nivel mundial en el ámbito de la investigación biofarmacéutica”, añadió.

Albert también se hizo eco de la “firme apuesta” del Gobierno regional por facilitar la colaboración entre el sector público, universidades y hospitales, obteniendo así una sinergia que propicie la innovación en biofarmacia, posando a Madrid como un destino atractivo para tal inversión.

Las consejeras subrayaron el papel fundamental de la red de hospitales y centros de investigación de la comunidad, que incluye 13 fundaciones del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) y diversos institutos de investigación acreditados. Estos elementos son clave para continuar avanzando en ensayos clínicos y en innovación biofarmacéutica.

Poniendo en relieve el potencial del sector, Matute señaló que la industria biofarmacéutica no solo es relevante por su madurez, sino también por su capacidad de innovar y responder a los desafíos sanitarios contemporáneos, tales como el envejecimiento poblacional y la atención a enfermedades crónicas.

En este marco estratégico, se mencionaron 15 proyectos específicos que tienen como meta facilitar el acceso a la innovación, promover la formación médica y reforzar el ecosistema de I+D, integrando nuevas tecnologías y fomentando la digitalización en el proceso.

También destacó la intención de eliminar barreras burocráticas para que la producción farmacéutica pueda crecer de manera fluida, además de establecer oficinas de empleo especializadas que formarán talento adaptado a las demandas del sector.

Fina Lladós, presidenta de Farmaindustria, también se pronunció sobre la importancia de trabajar conjuntamente en proyectos que faciliten la innovación y el establecimiento de nuevas empresas en Madrid, lo que, a su vez, podría potenciar la investigación clínica en toda España.

En resumen, esta estrategia no solo busca fortalecer la posición de Madrid en el sector biofarmacéutico, sino que se presenta como una oportunidad para seguir transformando la economía y la tecnología en la región, garantizando así un futuro próspero y alineado con las necesidades de salud del país.