En Madrid, el pasado fin de semana, la Policía Nacional llevó a cabo la detención de dos menores migrantes que residían en el centro de acogida de La Cantueña, ubicado en Fuenlabrada. Esta intervención se originó tras un ataque y amenazas hacia una educadora del centro, un hecho que ha encendido el debate sobre la seguridad en instalaciones destinadas a la atención de menores.

Los acontecimientos tuvieron lugar el sábado alrededor de las 18 horas, cuando las autoridades fueron alertadas sobre la conducta violenta de los jóvenes. Según informes proporcionados por fuentes policiales, la situación se tornó complicada al punto que la educadora fue víctima de un ataque físico.

Como resultado de esta alteración, los agentes de la Policía procedieron a detener a los menores bajo la acusación de cometer un posible delito de lesiones y realizar amenazas. La educadora, de 30 años, sufrió un mordisco en un dedo y también fue objeto de otros golpes, acompañados de amenazas de gravedad, tal como se informa en 'El Mundo'. Esta situación plantea serias preguntas sobre la gestión de estos centros y la seguridad de los trabajadores dedicados a cuidar de los jóvenes vulnerables.