
El emblemático Almacenes Arias, conocido popularmente como 'Saldos Arias', se erige como un símbolo de la capital española, no solo por su pionero enfoque de bajos costos en la venta de productos textiles, sino también por una tragedia que dejó una marca imborrable en la ciudad. El próximo 5 de septiembre se conmemora el 38 aniversario de un devastador incendio que resultó en la muerte de diez valientes bomberos durante su heroica labor de extinción, un episodio que conmovió a toda Madrid.
La fatídica noche de 1987, un incendio se desató en el edificio de la calle Montera, donde Almacenes Arias operaba. Aquel día, el fuego comenzó en la zona de almacenamiento y rápidamente se extendió, provocando el colapso de la estructura y dejando atrapados a diez bomberos que estaban ofreciendo su apoyo para controlar las llamas. El departamento de bomberos enfrentó su más oscuro desafío, con la pérdida irreparable de estos jóvenes héroes.
El edificio original, que data de 1955, ya había experimentado su propio infierno en 1964, cuando un incendio anterior obligó a su demolición. En aquel entonces, las llamas consumieron no solo las cinco plantas, sino también los sótanos del inmueble, que se hallaba en el mismo lugar donde se encontraba la iglesia de San Luis Obispo, también pasto de las llamas durante la Guerra Civil en 1936.
Afortunadamente, en el momento del incendio de 1987, el centro comercial estaba cerrado, lo que evitó que hubiera víctimas entre los empleados y los clientes. Sin embargo, la tragedia se desató cuando, tras horas de control del incendio, el edificio colapsó, atrapando a los valientes bomberos en su interior.
Desde el primer aviso a las 19:45 hasta la completa pérdida del control del fuego, la situación fue caótica. A pesar de que la respuesta inicial fue rápida, con 88 bomberos en el lugar, el incendio tomó fuerza alimentado por el material altamente inflamable que se encontraba en su interior. La valentía de los bomberos salvó muchas vidas, pero no pudieron evitar la tragedia que se avecinaba.
Después de más de 24 horas de angustia y esfuerzo sin descanso, se encontró el primer cuerpo de un bombero entre los escombros. Sin embargo, la búsqueda se extendió por días, y el último no fue rescatado hasta el 9 de septiembre, una angustiosa espera que marcó a la comunidad entera.
Las investigaciones revelaron que se habían realizado reformas ilegales en el edificio y que se habían instalado elementos pesados sin los permisos adecuados. Esta ilegalidad levantó serias preguntas sobre la responsabilidad del suceso y llevó a un largo proceso judicial, que finalmente se cerró tras diez años de negociaciones y acuerdos familiares.
El edificio fue demolido poco después del desastre, y la historia de Almacenes Arias, un negocio familiar creado por Esteban Arias en 1949, llegó a un triste final. La empresa, que había crecido para incluir 23 tiendas en toda España, cerró sus puertas en 1997 tras sufrir otros incidentes trágicos, incluyendo un incendio en los almacenes de Barcelona en 1981 que también dejó pérdidas humanas.
Hoy, en el lugar donde una vez se alzaron los almacenes, una placa conmemora la memoria de los diez bomberos caídos, mientras que en la plaza del Carmen se levanta una escultura dedicada a todos los héroes del Cuerpo de Bomberos. En cada aniversario de aquella fatídica noche, el Ayuntamiento de Madrid rinde homenaje a quienes dieron su vida en el cumplimiento del deber con una ofrenda floral, recordándonos la valentía y el sacrificio de quienes protegen a la comunidad.
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