El pasado domingo, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, no dudó en criticar la postura del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a quien acusó de fomentar un ambiente de confrontación y división entre los españoles. Según Ayuso, Sánchez ha optado por no asumir el rol de líder que representa a todos los ciudadanos, lo que, a su juicio, es un grave error.

Estas declaraciones se produjeron en el contexto de un debate sobre la ausencia de la bandera nacional en un vídeo que Sánchez publicó en sus plataformas sociales con motivo del Día de la Hispanidad. Ayuso se mostró contundente al afirmar que el presidente se ha alejado de la representación de una España unida y de su identidad nacional, priorizando en su lugar intereses particulares.

La líder regional insistió en que esta estrategia por parte de Sánchez se traduce en una política de división y confrontación, que busca abrir brechas entre los ciudadanos. Aseguró que este clima de tensión es resultado de una falta de atención hacia los problemas reales que enfrentan los habitantes de su país, y que está más preocupado por encuestas y maniobras políticas que por el bienestar de los españoles.

Ayuso también afirmó que la actitud de Sánchez ha empeorado desde que se acercaba el final de su mandato, advirtiendo que su gestión ha contribuido a desunir a una nación que debería estar cohesiva. Lamentó que, en lugar de buscar la unidad y el entendimiento entre las diferentes regiones y comunidades, se haya optado por una política de confrontación constante.

Asimismo, la presidenta aseveró que estos comportamientos son insensatos e inaceptables, ya que el entorno político debe ser un espacio de cooperación y no de choque. Para Ayuso, es imprescindible que los líderes políticos no pierdan de vista la importancia de la convivencia y la unidad nacional.

Por último, Ayuso comentó sobre la elección del líder de Vox, Santiago Abascal, de participar en el desfile del Día de la Fiesta Nacional desde la calle, en lugar de desde la tribuna oficial. Según ella, esta decisión refleja un compromiso con los símbolos del Estado y con la representación de todos los madrileños, reafirmando así una postura que promueve la unidad y el respeto por la tradición nacional.